Proposiciones para una teoría de la medicina

proceso social que asegura la actividad productiva e incentiva la industria competitivamente. Mas la pregunta es: ¿se aplica esto a la acción médica, en cuanto tal? Nuestra respuesta exigiría desarrollar aspectos que en otros sitios han sido más extensamente discutidos. Sucintamente, sin embargo, se refiere a dos: La acción médica no es bien sino transitividad práxica. La salud no es una cosa sino un proceso, con avances, retrocesos, mitos, rituales y perturbaciones que pertenecen a ella tanto como al bienestar, la estabilidad o la felicidad que se supone son su consecuencia. Una medicina antropológicamente orientada no puede ignorar su constitutiva vertebración comunicativa y por ende valórica, abriendo el camino a la confrontación de ideas de salud y de enfermedad que no proceden del espacio tridimensional de las disciplinas llamadas "objetivas" sino del espacio multidimensional de lo social. Publicitar un bien signi– fica empobrecer la pluralidad de connotaciones que la salud y la enfermedad, como procesos, tienen, rigidizar una definición de ellas e imponerla. Por esta razón, el esquema publicitario no es enteramente aplicable a la acción médica. Pero hay otra. Se trata de la naturaleza de la acción a que se trata de llevar. Por ser praxis, el acto médico reside en la comunicación y en la comunidad de intereses o metas. La publicidad, como técnica del convencimiento, construye una retórica de los motivos basa– da en la manipulación y el control. Nada hay de peyorativo en este empleo de los términos. Manipulación y control son constituyentes de toda ingeniería social, y entran también en el acto profesional ---de cualquier naturaleza que sea- por la división fundamental entre experto y profano. Hay, sin embargo, una diferencia radical entre la postura 139

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=