Proposiciones para una teoría de la medicina

puede asumir, no hacemos sino ejemplificar y mostrar. Todavía no de-mostrar. Este examen nos revela al menos cuatro dimen– siones o aspectos: observar, enseñar, consultar y testimoniar. Al detenemos en el último se nos aparece múltiple: contri– buir a la definición social de la realidad, proporcionar legalidad y legitimidad y establecer o ratificar comunidad moral. En los últimos años, son muchas las amenazas que se ciernen sobre la medicina como profesión. Los tradicionales "pacien– tes", en algunas sociedades, se muestran cada vez menos pa– cientes; desafían la autoridad de los "expertos", cumplen a medias sus prescripciones, "negocian" sus prioridades. Otras profesiones disputan el poder de los "doctores", que ya no son los únicos que saben, y enjuician su ideología. La sociedad y el Estado reclaman una injerencia que roza los límites de la impo– sición. Estos cambios no afectan a la institución médica qua institu– ción. Ponen en entredicho uno de sus modelos y son un estímulo para examinar sus orígenes, su fundamento y sus potencialida– des. La bioética, concebida como una racionalidad crítica, está "más allá" de cualquier paradigma. Es, en un sentido muy cabal, una reflexión metamédica, que habrá logrado su propósi– to moral o emancipatorio cuando ponga de manifiesto fortalezas y debilidades en el tejido de la vida social.

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