Proposiciones para una teoría de la medicina

tes, los que definen lo sentido, lo definido y lo enjuiciado. Aunque no es del todo correcto asignar estos discursos a perso– najes o actores, porque todos pueden ponerse en el lugar de los otros (y los roles son intercambiables, con excepción del rol de experto, que se mantiene en aspectos altamente tecnificados del saber), es verdad que tendemos, por simplicidad, a asignar el punto de vista del paciente al discurso de la enfermedad sentida (o, mejor, del sentirse enfermo), el del profesional al de la enfermedad tenida (como objeto que se tiene o no) y el de la sociedad en conjunto al de la enfermedad valorada (buena o mala, autorizando o no ciertas conductas). CALIDAD DE VIDA Y MULTIDIMENSIONALlDAD DE LA MEDICINA En años recientes se ha impuesto la conceptualización de la dimensión illness (la enfermedad sentida) en términos de "calidad de vida". A través de esta noción se incorpora explíci– tamente una evaluación de los resultados de la acción de cuidado y curación no sólo en términos inmanentes a la racionalidad biomédica sino también en base a las apreciaciones de los usuarios o pacientes. La calidad de vida es aquella tensión, o diferencia, entre las expectativas y los resultados, el grado de satisfacción de las personas con su vida, a la cual contribuye la medicina de modo importante 15. Interesa considerar, por ejem– plo, nociones como la de trade-off, que alude a aquello que las personas están dispuestas a dejar o transar para conseguir algo que consideran mejor. En tal decisión intervienen pautas valóri– cas compartidas por los grupos sociales, étnicos, profesionales o de otro tipo. La calidad de la vida que espera a un habitante de las ciudades es intrínsecamente distinta de la que podría tener un habitante del campo, independientemente de la cultura, del 115

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