Proposiciones para una teoría de la medicina
aceptamos su papel para producir la estructura" (citado en 7). Cabe señalar que el lector profano en materias biológicas podría contentarse con esta simplificada visión e ignorar el substantivo vacío teórico que es menester llenar entre los genes y sus expresiones o secuelas conductuales. Aun para quienes poseen versación biológica, esta cita, no siendo del todo incorrecta, no aporta suficientes elementos para una discusión razonable. El genotipo de un individuo puede describirse como un conjunto de programas genéticos. El segmento de ADN que constituye un gene no interviene en forma directa en el control de la conducta. Opera a través de sintetizar proteínas que pueden funcionar como constituyentes corporales estructurales o fun– cionales, los cuales, a través de otros elementos intermediarios, dan lugar al comportamiento. Los genes pueden entenderse como conjuntos de instrucciones para la generación de entida– des biológicas. De acuerdo a Mayr l2 , puede distinguirse entre programas genéticos abiertos y cerrados, según la participación del ambiente en las modificaciones adaptativas del sistema nervioso. Un programa genético cerrado no requiere tanta infor– mación ambiental para perfeccionar las entidades biológicas que especifica como uno abierto. Obsérvese la semejanza entre estos conceptos y los de biogramática y psicogramática pro– puestos antes. La especificación final de todo comportamiento requiere además de una situación "apropiada", esto es, una constelación de estímulos y experiencias con el entorno físico o animado, la cual, por su naturaleza, podría favorecer programas geI1éticos abiertos o cerrados. Por otra parte, el comportamiento puede también influir sobre presiones selectivas y evolutivas, lo cual es especialmente evidente en la especie humana. Podría invocarse el argumento de que la estructura somática de la especie ha variado poco en los últimos 10.000 años, en los que, sin embargo, se han 99
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