Evaluación del aprendizaje autoconstruído: motivando la autonomía del universitario
Motivando la Autonomía . Autoevaluación del Proyecto 28 Enfoques Actuales Sobre el Problema Junto con el vertiginoso progreso científico y tecnológico que se dio a partir de los ’80, se debió enfrentar la masificación de la educación formal en contextos, que desde lo local y lo urbano, se fueron proyectando hacia lo global. Paralelamente, los avances en las comunicaciones posibilitaron la rápida difusión de las preocupaciones, estudios y propuestas presentes en el campo de la sicología cognitiva y de las tecnologías educativas, propiciando su discusión a nivel mundial. La educación ha estado -desde entonces y con especial énfasis- en el centro de la preocupación social. Como resultado de ello, hoy día se promueve nuevos modelos de enseñanza-aprendizaje, que cruzan todos los niveles y modalidades de los sistemas formales de educación. En lo nuclear, dichos modelos convergen en proponer procesos formativos centrados en el estudiante y orientados al logro de aprendizajes significativos, en el marco de la concepción del conocimiento como "construcción" y no ya como un "objeto" a trasmitir por un experto o a adquirir por el alumno. En un contexto sociocultural como el actual, signado por la incertidumbre, la movilidad y el cambio, la evaluación está siendo planteada como una herramienta valiosa en los más diversos ámbitos y niveles para poder afrontar la toma de decisiones eficientes y fundadas. Las modalidades y fines de la evaluación han renovado su aplicabilidad, y así como a principios del siglo pasado fueran extrapolados desde el mundo empresarial a los sistemas formales de educación, hoy día se aplican dichas modalidades -y se crean otras, nuevas y más sofisticadas- a los sistemas productivos y a los más diversos organismos e instituciones públicas y privadas. En las teorías provenientes de las ciencias educativas, la evaluación ha adquirido rasgos particulares en concordancia con la época. Nuevos conocimientos provenientes de estudios curriculares y de disciplinas próximas a la educación -sicología cognitiva, sociología, etc.- han promovido un enriquecimiento considerable de la evaluación en cuanto a su objeto, funciones, metodología y aplicaciones (Rosales, 1977). Al respecto, se recomienda: Ampliar las áreas a evaluar, considerando además de lo cognoscitivo, competencias tales como: flexibilidad, capacidad de crítica, trabajo en equipo, apertura a lo multidisciplinario Entender la evaluación como un proceso continuo, en el que las funciones diagnóstica, formativa y sumativa, retroalimenten el aprendizaje cognitivo, actitudinal y de destrezas personales y sociales. Asumir el enfoque científico en los procesos de evaluación, a fin de proporcionar elementos de juicios orientados a la toma de decisiones en pro del mejoramiento de los procesos de aprendizaje. Estas nuevas características de la evaluación la convierten en instrumento por excelencia para la anticipación a los cambios, la flexibilidad y la conciencia crítica que nuestra época demanda.
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