Nuestros vecinos

Oscar Fuentes Lazo 58 valorizar el espacio que el Vaticano ayudo a recuperar ya que tienen una reunión amplia y llena de coincidencias, de lejos el mayor logro fue resolver 22 de 24 puntos conflictivos de frontera y fijar mecanismos de diálogo para los dos restan- tes, la Laguna del Desierto y los Hielos Continentales. Aparte de la suerte corrida por ambos temas, lo rescatable y valioso es nuevamente la voluntad de ambos países de resolver sus diferencias en el plano del Derecho y la razón 20 . La amistad chileno-argentina vuelve a resplandecer y agosto será el mes de los encuentros pre- sidenciales, con agendas llenas de imaginación y voluntad integradora. La sintonía presidencial va a continuar y aun acentuarse en el período Menem-Frei Ruiz Tagle. Distintas reuniones, entre junio de 1994 y mayo de 1997, van pavimentando al camino para otro abrazo en el Estrecho el 15 de febrero de 1999, a bordo del crucero chileno «Blanco Encalada». El término de la prolongada presencia de Carlos Menem en la Casa Rosada, da paso a una época muy desordenada y convulsa en la República Argentina. Se suce- den mandatarios, De la Rúa, Rodríguez Saa, Duhalde y otras opciones van cayendo como piezas de ajedrez al paso que la crisis argentina va viendo como aparecen los escenarios de la miseria y el mal Gobierno. Los «corralitos», los «piqueteros», entre otros... son terminos con que se va caricaturizando la nueva atmósfera argentina, que enrarece a la región entera. Afortunadamente para Argentina la gestión del Pre- sidente Kirchner al menos ha detenido la caida libre producida por el siempre peli- groso vacio de poder político. Ello permite comenzar a trabajar mejor el escenario económico y ya hay señales que ese frente estaría también normalizándose. Algunas reflexiones finales Para Chile estos años han sido muy delicados en el plano vecinal. En su período normal de seis años, el Presidente Lagos ha debido dialogar con seis mandatarios bolivianos en escenarios políticos de gran diversidad y muy imprececibles. Ha lo- grado tener una relación mas o menos normal con un Presidente peruano muy devaluado politícamente por una gestión mediocre y un indice de popularidad criticamente bajo. Con Argentina la relación también ha resentido los efectos de una situación doméstica argentina peligrosamente explosiva en lo social. Nueva- mente los mecanismos del diálogo y la madurez y responsabilidad de los interlocutores ha permitido sortear mas o menos bien estas circunstancias compli- cadas. En el caso boliviano ha sido realmente lamentable la temprana desaparición del Presidente Banzer, cuyo liderazgo, claridad conceptual y capacidad de gestión había permitido identificar con Chile un programa de complementación e integra- ción muy factible y con visión de futuro, un espacio posteriormente desperdiciado por políticas desafortunadas de quienes lo sucedieron en el Palacio Quemado. En el caso peruano, los momentos complicados han sido superados por la vo- 20 «La realidad que viven nuestros países pone a ambos Gobiernos frente a una responsabilidad histórica. Tenemos economias complementarias y con imaginación y buena voluntad podre- mos crear y alentar nuevas iniciativas de acercamiento», Patricio Aylwin, 25 de febrero de 1990.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=