Nuestros vecinos

La migración en la agenda chileno-peruana... 555 tampoco de su espacio por cuanto las dueñas de casa pueden entrar en cualquier momento en el lugar donde ellas viven. Estas tres condiciones dejan por una parte abierta la puerta para que se produz- can abusos como largas y extensas jornadas de trabajo, y por otra, se vuelve extre- madamente difícil que los organismos encargados ejerzan una adecuada inspec- ción. Las mujeres rurales que llegaron a Santiago para trabajar en alguna casa crecie- ron y sus hijas se transformaron en mujeres urbanas. Lentamente el trabajo puertas adentro dejó de ser la única alternativa de empleo y surgieron otras modalidades (por día, o puertas afuera) y también otros empleos. La incorporación de la mujer al trabajo, por otra parte, significó al menos mantener la demanda por trabajado- ras de casa particular. Estas situaciones determinaron la creación de un «nicho» de trabajo principalmente en la modalidad puertas adentro y es este espacio precisa- mente el que han venido a ocupar las mujeres peruanas en Chile 7 . La posibilidad de tener un trabajo y a la vez ahorrar el dinero del arriendo, de la comida, transporte, luz, agua y otros gastos, hacen que este empleo adquiera ma- yor atractivo para las mujeres, sobretodo para aquellas que han salido de su país y dejado a sus hijos con la promesa de enviar dinero para su alimentación y cuidado. En estos casos, toda estrategia de ahorro sirve, ya que cualquier peso que no se gaste en Chile, son dólares que se envían a sus hogares. Una diferencia interesante de observar, y que ya se había enunciado más arriba, es que en España (así como en Italia) las y los inmigrantes provienen en su mayoría de Lima, mientras que en Santiago se trata de una migración proveniente de la costa norte del país 8 . Esto no quiere decir que no exista una migración desde el sur de Perú. Por el contrario, históricamente ha habido una migración en la zona andina que data desde antes de la guerra del pacífico. Incluso en tiempos del imperio Inca, existía una movilidad demográfica entre lo que hoy es el sur de Perú, Bolivia y en norte de Chile. Durante fines del siglo XIX y comienzos del XX hubo una impor- tante migración peruana y boliviana para trabajar en las minas del salitre del norte grande 9 . Durante el siglo XX este movimiento se mantuvo, con excepción probablemente de la década del 80, donde se observó una disminución importante en el número de inmigrantes censados en los distintos países de la región. Ello debido sin duda a las duras políticas de seguridad impuesta por las dictaduras de los países latinoamericanos. Hoy en día, la migración en la zona andina se mantiene vigente, respondiendo eso sí a las características propias de la migración fronteriza. Lo nuevo, sin embar- go, es precisamente el número creciente de inmigrantes laborales que llega a Santia- go y el lugar desde donde provienen. Chile emerge como un destino posible dado las condiciones de estabilidad económica y política, a lo que se agrega la creciente 7 Ver Estudio de la OIT sobre trabajo doméstico. Publicación en imprenta 8 Para mayor referencia sobre la caracterización de la inmigración peruana en Chile, ver Nuñez y Stefoni «Migrantes andinos en Chile: ¿transnacionales o sobrevivientes?» En: Revista Enfoques Nº3, año 2004. Universidad Central. Facultad de Ciencia Política y Administra- ción Pública. Instituto de Estudios y Gestión Pública. 9 Julio Pinto Vallejos «Reclutamiento laboral y nacionalidad: el problema de la mano de obra en los inicios de la industria salitrera (1850 – 1879)» En: Carmen Norambuena Faltan o Sobran Brazos , Editorial Universidad de Santiago. Colección IDEA

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