Nuestros vecinos

Juan Mac-Lean Vergara 486 permitiera avanzar en el mejoramiento de las relaciones bilaterales entre ambas instituciones castrenses. Si bien, no son independientes ni ajenas a los mecanismos que se materializan, tanto en otras instituciones y niveles de la defensa como en otros campos de acción nacional, en los hechos han operado con intensidad, siem- pre en síntonia con la política exterior y de defensa, tranformadose en puentes alternativos de comunicación destinadas a recuperar los niveles de relación en cier- tas circunstancias. En ellas participan, encabezando sus respectivas delegaciones los jefes de los estados mayores de ambas instituciones y las integran, además, un oficial general y cuatro oficiales superiores (coroneles). En la reunión, realizada en Santiago de Chile, entre el 13 y el 19 de noviembre de 2005, se acordaron, entre otros aspectos, los siguientes: • Continuación de la planificación del ejercicio «Concordia», sobre empleo com- binado de unidades de ambos ejércitos, ante la ocurrencia de catástrofes naturales, en áreas fronterizas. • Programa de intercambios de personal de ambos ejércitos, en áreas académi- cas, tecnológicas, salud y de instrucción, participando un total de 18 integrantes de cada ejército. Estas reuniones, no obstante ser de reciente creación, han permitido un incre- mento importante de la confianza entre los ejércitos, dada la facilidad de comuni- cación que se genera entre iguales; lo que a su vez posibilita un diálogo franco y abierto en beneficio de situaciones coyunturales. 2. La aplicación práctica de las medidas de confianza mutua. Las rondas de conversaciones entre los altos mandos de las fuerzas armadas, pue- den ser consideradas como una de las primeras instancias de diálogo al más alto nivel en toda la región 29 . Tal como se señalara, estas reuniones se iniciaron en 1986, y antes de ellas, sólo existían como hechos prácticos de medidas de confianza mutua, las conferencias de inteligencia entre los ejércitos (desde 1974). Cabe destacar que la aplicación de estas primeras medidas de confianza mutua, se da luego de una década de una difícil relación bilateral y tenían como propósito el incrementar el conoci- miento mutuo, a través de la implementación de las llamadas medidas de primera generación para establecer confianza entre ambos ejércitos. Luego de un periodo irregular, se logra acordar en 1988, el reglamento para el funcionamiento de las reuniones de altos mandos. En la oportunidad, no tan solo se logró regular estas instancias, sino que se definen ocho medidas de confianza mu- tua. En 1991, ambas fuerzas armadas realizan otro esfuerzo para avanzar en el marco de las medidas de confianza mutua, acordándose el apoyo recíproco en caso de desastres naturales y el intercambio de información sobre tráfico marítimo y en materias científicas y tecnológicas sobre la región Antártica. 29 Crl. Salgado, Juan C.y Tcl. Izurieta, Óscar: Las relaciones Bilaterales Chileno- Peruanas Contemporáneas; Un enfoque realista. Biblioteca Militar, Santiago, 1992. p.94.

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