Nuestros vecinos
1883-1929: Una mirada crítica... 471 Las acciones habituales de las ligas patrióticas son actos de vandalismo y sa- queo, de amedrentamiento y de acción directa como, por ejemplo, la expulsión por la fuerza de los representantes consulares y otros ciudadanos que son extraídos de sus casas a medianoche y embarcados inmediatamente hacia el norte. En otras ocasiones dan plazos perentorios de 24 horas para el abandono del país. Las auto- ridades chilenas generalmente se limitan a dejar hacer y las tropas sólo actúan para evitar linchamientos o crímenes similares. Poco son los afectados, en consecuencia, que se atreven a denunciar los excesos. 15 Los años 20 La situación continua siendo crítica y compleja. Luego de un nuevo intento de acuerdo entre Chile y Bolivia para cederle un corredor por la provincia de Arica o la eventual venta del puerto a Bolivia, Perú presiona a su antiguo aliado con el rompimiento de relaciones diplomáticas. En el altiplano hay manifestaciones antiperuanas. Un golpe de Estado en La Paz, considerado pro peruano, desahucia las negociaciones chileno-bolivianas generando la movilización de tropas chilenas y peruanas hacia la frontera con Bolivia, lo que en Santiago se conoce como la «Guerra de Don Ladislao», aludiendo al Ministro de Guerra Ladislao Errázuriz. La cancillería peruana aprovecha también en 1920 la apertura de la Liga de las Naciones en Ginebra y pide a la Asamblea General que conozca –no revise– el Tratado de Ancón, alegando que el plebiscito de Tacna y Arica no había podido llevarse a cabo por «la enorme resistencia de Chile (…) quién siempre opone con- diciones: la compra de las provincias, que siempre ha rechazado el Perú; la división del territorio en diversas zonas que serán distribuidas por nuevos tratados sin con- sultar al pueblo». A fines de año la Asamblea concluye que no podía modificar por sí misma ningún tratado. La situación se agrava en 1921 cuando el presidente Augusto Leguía exige la devolución de las provincias de Tacna, Arica y Tarapacá y proclama la inaplicabilidad del plebiscito. Al fracasar las negociaciones directas en 1922, Estados Unidos em- pieza a actuar como árbitro, centrando la discusión sobre el futuro de Tacna y Arica. Perú propone que sólo la población originaria tiene derecho al voto y Chile plantea que voten todos los ciudadanos residentes desde hace seis meses, no impor- tando su nacionalidad. En 1925 Washington llega al convencimiento que el plebiscito es impracticable y por petición expresa de ambos países designa una comisión encabezada por el general John Pershing en calidad de árbitro. 16 masivo en Iquique al que concurren aproximadamente 10 mil personas. La animosidad en contra de los peruanos se hace evidente. El Mercurio de Santiago; 3/11/191918; p. 23. 15 Maldonado, Carlos; Chile versus Perú y Bolivia: Una relación vecinal conflictiva; Santiago; marzo 2005; p. 21. 16 La Moneda considera poco imparcial a Pershing, quién acepta en repetidas oportunidades las reclamaciones de la parte peruana respecto de las arbitrariedades y actos de violencia de las autoridades y residentes chilenos en la zona. En Alessandri Palma, Arturo; Recuerdos de gobierno ; Santiago; 1967; vol 1; pp. 156-161.
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