Nuestros vecinos
Alejandro Pablo Iturra Gamarra 470 El propósito es agredir con violencia sistemática, traducida incluso en accione cri- minales, a peruanos y bolivianos residentes, más allá de su posición social. «No son intencionalmente creadas por el Estado (gobiernos de Pedro Montt (1906-1910) y Ra- món Barros Luco (1910-1915)), más bien parece que surgen en forma espontánea como clubes sociales, pero los vínculos con la Intendencia (de Tarapacá) quedan claramente establecidos, especialmente bajo el mandato de don Recaredo Amengual; no por su nombramiento de Presidente Honorario de la Liga Patriótica, pues lo es también de clubes de tiro y de todo tipo de organizaciones sociales, sino por las órdenes emanadas desde la autoridad hacia las ligas y las consultas en sentido contrario. Sin embargo, es evidente que en los violentos años de 1918 y 1919, éstas escapan del control estatal.» 10 Desde una perspectiva de política interna, las ligas son instrumentalizadas por los partidos de derecha con el propósito de cooptar y enfrentar las demandas del proletariado salitrero, proclive al ideario socialista, y posteriormente en contra de la campaña de la Alianza Liberal de Arturo Alessandri en 1920. Un reconocido historiador 11 afirma que las ligas son sostenidas por el Partido Conservador y se convierten «de hecho, (en) brigadas mercenarias de choque encargadas de desenca- denar el terrorismo contra las organizaciones populares. Por lo general, estas acti- vidades, instigadas por grandes empresarios nacionales y extranjeros, se ejecutan con la tolerancia y aún la complicidad de la policía.» En relación a los períodos más virulentos, un primer brote ocurre entre 1911 y 1912. Con el pretexto de rumores que el final resultan infundados, según los cuales habría sido atacado el consulado chileno en El Callao, se crea a fines de mayo de 1911 –con la presencia de los principales representantes, encabezados por el gober- nador y oficiales del Ejército– una Liga Patriótica de Tarapacá en Iquique y otras ciudades, movimiento que se hace extensivo a otras ciudades del país. El ideario principal tiene que ver con el cierre de las escuelas y periódicos peruanos; la prohi- bición para que peruanos sean maestros, empleados públicos, empleados de adua- na, de la marina mercante, de los puertos; el 80% de los trabajadores y empresarios deben ser de nacionalidad chilena; todos los nacidos en Tarapacá deben hacer el servicio militar; la restricción y eventualmente la prohibición de la inmigración peruana; el retiro del consulado peruano por «innecesario»; la prohibición de que flameen banderas peruanas en su día patrio. 12 Un segundo momento nacionalista se vive entre 1918-1920, fase en que las ligas siembran el terror en la comunidad peruana de Antofagasta y Tarapacá que se calcula en un tercio de la población. Más numerosa todavía es la colonia peruana en Arica y Tacna. 13 A fines de 1918 Perú debe repatriar muchos conciudadanos y su personal consular acreditado, lo que obliga, en los hechos, a que los cónsules chile- nos hagan lo mismo en el territorio de los vecinos del norte. 14 10 GonzálezMiranda, Sergio; El Dios Cautivo. Las Ligas Patrióticas en la chilenización compulsiva de Tarapacá (1910-1922) ; ediciones LOM; Santiago; 2004; p.123. 11 Ramírez Necochea, Hernán; El fascismo en la evolución política de Chile hasta 1970 ; Araucaria de Chile; Madrid; Nº 1; 1978; p. 11 12 Periódico El Comercio ; Pisagua; 31/5/1911; p.2. 13 De acuerdo al censo 1907, la mitad de la población de Tarapacá es extranjera (24 mil perua- nos y 2 mil bolivianos). Los chilenos representan únicamente el 30% de los trabajadores. La Voz del Sur ; Tacna; 17/6/1911; p. 2. 14 El 2 de noviembre de 1918 se celebra el aniversario de la Toma de Pisagua con un acto
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