Nuestros vecinos

Alejandro Pablo Iturra Gamarra 468 Punto 1.- Cesión de la provincia peruana de Tarapacá con Iquique y la faja costera con Antofagasta y Cobija. Punto 6.- Derecho de ocupación del territorio peruano de Moquegua, Tacna y Arica hasta el cumplimiento de las condiciones antedichas. Punto 7.- Obligación del Perú de no transformar Arica en plaza fortificada. Tras la entrada a Lima en enero de 1881 las condiciones chilenas aumentaron. Se reclamó el derecho a la «ocupación del territorio de Tacna y Arica, es decir, de la provincia peruana de Tacna durante diez años. Al término de ese período pagará el Perú 20 millones de pesos de gastos de guerra a Chile; en caso contrario, pasa la provincia de Tacna definitivamente a Chile (…) Se cree aquí que las exigencias de reparaciones de 20 millones conlleva la obtención definitiva de la provincia perua- na de Tacna para Chile. El Ministro del Exterior mismo acota que Perú en ese momento no estaría en condiciones de pagar los 20 millones y probablemente tam- poco en mejores condiciones luego del período de ocupación de diez años». 4 La postguerra Empieza con el Tratado de Ancón y acaba con la firma del Tratado de Lima y su protocolo complementario el 3 de junio de 1929. El período se tipifica por la chilenización , a veces compulsiva, de Arica, Tarapacá y Antofagasta mediante las Ligas Patrióticas; el aumento de la presencia e influencias chilenas por la construc- ción del ferrocarril Arica-La Paz; la tensión por el por el fracasado plebiscito sobre el destino de Tacna y Arica; la ulterior devolución de Tacna y la persistencia de las fuertes tensiones diplomáticas entre Chile y sus antiguos rivales. En general, puede considerarse que la diplomacia chilena dispone una estrategia de suma cero con el fin de quedarse con las provincias de Tacna, Arica y Antofagasta, intentando conseguir pequeñas ventajas, indisponiendo al Perú en contra de Bolivia y negociando por separado con cada uno de ellos, exacerbando todavía más las suspicacias y los recelos entre las oligarquías gobernantes. El antecedente de tal política se encuentra en una carta que el Ministro de Relacio- nes Exteriores y posteriormente Presidente de la República entre 1881 y 1886, Domin- go Santa María, le envía al Ministro de Guerra en Campaña, Rafael Sotomayor 5 : «No podemos ni debemos matar a Bolivia. Al contrario, debemos sustentar su personali- dad como el más seguro arbitrio de mantener la debilidad del Perú». En el contexto de postguerra Chile encara los vínculos más complejos con Perú entre 1901 y 1928, tanto que hay suspensiones de las relaciones diplomática entre 1901 y 1905 y entre 1910 y 1928. Se materializa una interrupción de los lazos consu- lares entre 1918 y 1928, incluyendo el cierre de la frontera común entre 1925 y 1928. A ello se suma una difícil relación con Argentina. Luego de considerables apres- tos bélicos que conducen a ambos países al borde de la guerra, en 1902 se firman 4 Informe del embajador alemán Schenck; Viña del Mar; 27/2/1982; Informe inéditos de diplo- máticos extranjeros durante la Guerra del Pacífico ; Santiago 1980; pp. 91-92. 5 Maira, Luis; Las relaciones entre Chile y Bolivia en el centenario del tratado de 1904 ; Maira, Luis y Murillo de la Rocha, Javier; El largo conflicto entre Chile y Bolivia . Dos visiones; Santiago; 2004; p. 32.

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