Nuestros vecinos
Chile-Perú: las raíces de una difícil relación 433 Ello sorprende porque Chile ha sido un vencedor inusitadamente beneficiado con la guerra. Los ingresos del salitre fueron instrumentales en la consolidación econó- mica de su estado inmediatamente después de 1883. Posteriormente lo fue el co- bre, constituyendo durante mucho tiempo hasta el 80% de sus ingresos por expor- taciones, hoy es cerca del 50%» 12 . Algunos estudiosos de la historiografía peruana, rescatan otro elemento y es la repercusión de esta postura chilena en la generación de un sentimiento nacionalista en Perú. De acuerdo con el historiador Nelson Manrique, «el nacionalismo chileno ha sido ‘un mecanismo de manipulación ideológica muy poderoso’. A su juicio, en países con débil integración nacional y una precaria base para construir una uni- dad, como Perú, la guerra contribuye a formar un nacionalismo negativo. ´A par- tir de la guerra es el chileno lo que nos hace peruanos, sostiene» 13 . Imagen ganador-vencido Esta imagen ganador- vencido y su repercusión en el alma nacional se mantie- nen hasta hoy; pero adquiere nuevas formas y se une a nuevas imágenes que ayu- dan a construir una percepción fundamentalmente antagónica del otro. A esto colabora el que, a pesar de los avances sustantivos en materia comercial- aunque no suficientes-, no se haya logrado un mayor desarrollo en la solución de la agenda histórica. Aún desde Perú existen una serie de demandas, que no permiten superar la idea de posguerra. Estos temas responden a dos lógicas: Primero, la de una delimitación territorial insatisfactoria , que actualmente repercute en la deman- da por una nueva delimitación marítima; pero que en esencia hace referencia a una serie de «heridas» generadas en el período posterior al conflicto y que no se logra- ron subsanar con los acuerdos alcanzados en 1999, que resolvieron los puntos pen- dientes del Tratado de 1929. La segunda lógica es la de la perdida cultural y hace referencia a la posesión aún por parte Chile de ciertos trofeos de guerra, que los peruanos consideran que les deben ser devueltos. Delimitación territorial insatisfactoria El período posterior a la guerra, fundamentalmente en relación con la división territorial, estuvo marcado por la desconfianza y el surgimiento de una serie de discrepancias entre Chile y Perú. La suscripción del Tratado Rada y Gamio- Figueroa Larraín de 1929 sin duda ayudó a reducir los conflictos, al devolver Tacna a Perú; pero quedaron sin resolverse una serie de elementos. Esto ha permitido que aún hoy subsista la idea de una herencia inconclusa. La firma del Acta de 1999, no facilitó en esencia la resolución de esta situa- ción. Sobretodo desde la perspectiva peruana. En la práctica en ese país se cuestio- na la utilidad de las instalaciones construidas por Chile para beneficio de Perú y el 12 El Comercio, 15 de mayo de 2005. 13 El Mercurio, domingo 17 de abril de 2005.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=