Nuestros vecinos

Las instituciones económicas del atraso de Bolivia 359 Las dificultades Los obstáculos que Bolivia debe sortear para adquirir estas capacidades son formidables, pero por eso mismo, se debe destacar que haya conseguido reciente- mente y a costa de inmensos esfuerzos algunos avances, a pesar de lo desfavorables que resultan sus dinámicas históricas. Como se ha descrito de una manera más detallada en otro trabajo (Matus, 2003) Bolivia inició tardíamente (hacia 1850) sus logros exportadores después de haber alcanzado su independencia de España en 1825. Cuando se reinició el ciclo de la Plata hacia 1850 y con él surgiera una agricultura comercial de hacienda y un bullente comercio en Cochabamba, otros países ya habían logrado una ventaja inicial significativa. De ese modo, fueron capitales ingleses y chilenos los que fun- daron compañías salitreras y argentíferas en la costa y participaron en el estableci- miento de la banca altiplánica. De la misma forma, el hecho que el presupuesto fiscal continuara descansando en el tributo indígena hasta la tardía fecha de 1882 en vez de depender de los impuestos aduaneros, revela que Bolivia no contaba con un ciclo exportador que le brindara los recursos suficientes y más bien debió pro- longar el régimen de propiedad comunitaria de las tierras, con el fin de recaudar el tributo indígena. En vísperas de la Guerra del Pacífico, Bolivia aún no manifestaba una capacidad exportadora similar a la de los países vecinos. Fue con posterioridad a la Guerra del Pacífico que los sucesivos gobiernos con- servadores y liberales lograron asentar los breves ciclos cascarillero y del caucho y pudieron engarzar el fin del ciclo argentífero con el nuevo ciclo del estaño. Por consiguiente, los primeros buenos logros en términos de crecimiento de la econo- mía boliviana se desarrollaron entre 1883 y 1930, aunque no lograron tener la entidad alcanzada por los ciclos exportadores contemporáneos de otros países, en gran medida porque no se lograron cumplir cabalmente las condiciones necesarias para lograr una concatenación exitosa entre ambos ciclos exportadores. Con el estallido de la Gran Depresión de 1929 y la Guerra del Chaco contra Paraguay (1932) la economía boliviana entró en una fase crítica, que en términos generales, se sostuvo hasta 1952, momento en que el MNR irrumpió con un pro- grama desarrollista, bastante desfasado y tardío en relación a otros países de la región –este programa se iniciaba mientras proyectos afines en los países vecinos comenzaban a agotarse. En sus líneas generales el llamado Capitalismo de Estado propulsado por los gobiernos bolivianos hasta 1985, privilegió los esfuerzos de integración de la gran minería del estaño con la agricultura atrasada del sector occidental, para lo cual se estatizaron las minas y se emprendió una reforma agra- ria. Pero el exagerado estatismo de los esfuerzos productivos y el abandono exage- rado de los mínimos equilibrios fiscales y monetarios sumieron al país en una crisis permanente cuya máxima expresión fue la hiperinflación de 27.000% alcanzada en 1985, durante el gobierno de Hernán Siles Suazo. Así, entre 1930 y 1985, Bolivia no sólo deshizo una parte muy considerable de las capacidades exportadoras que había logrado ostentar hasta inicios de siglo XX sino que además favoreció clara- mente la aparición de severos desajustes macroeconómicos que agudizaron la vul- nerabilidad externa de su economía. Visto así, no es extraño que las tasas de creci- miento del producto hasta 1985 hayan decaído a niveles mínimos y que la mayor parte de todo el período haya sido perdida para los objetivos del desarrollo.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=