Nuestros vecinos
Lorena Oyarzún Serrano 312 subregional, caso del Mercado Común del Sur (Mercosur) 26 o el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA). Particularmente, Bolivia y Chile, dieron el primer paso en la institucionalización de sus lazos en la esfera económica-comercial durante el sistema de Guerra Fría, cuando ambos en su cali- dad de países miembros de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) 27 , suscribieron en 1983 un Acuerdo de Alcance Parcial denominado AAP Nº 27. Posteriormente, en la década de los noventa, los gobiernos de La Paz y Santiago firmaron el Acuerdo de Complementación Económica 28 conocido como ACE Nº 22. Este Acuerdo se amplió recientemente, a través de un convenio de profundización del ACE Nº22 suscrito en diciembre de 2005 que abre el mercado chileno a casi todos los productos bolivianos sin aranceles y sin la exigencia de reciprocidad. Actualmente, los proyectos de integración, ya sean económicos o de amplio espectro, se presentan como la oportunidad para posicionar una visión consensuada sobre temas de interés común ante foros multilaterales y organizaciones internacio- nales, sobre todo porque América Latina ha disminuido su relevancia estratégica en la agenda global de post-Guerra Fría. Desde una perspectiva socio-cultural existen algunas iniciativas, por ejemplo TeleSUR, sociedad multiestatal (constituida por Venezuela, Cuba, Argentina, Brasil, Uruguay) y TVBrasil: Canal de Integración. Ambas nacen con la idea de estimular la producción, promoción y difusión de con- tenidos propios de la región, fomentando el reconocimiento del imaginario latino- americano. Otro proyecto interesante es la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), establecida mediante la Declaración del Cusco el 8 de diciembre de 2004. En la Declaración presidencial del 30 de septiembre de 2005 se reafirmaron los objetivos de fortalecer la identidad de América del Sur y la integración de sus pueblos, la asociación recíproca de los estados miembros de la CAN, Mercosur, así como la asociación de Chile, Guyana y Surinam con miras a establecer, en una primera fase, una Zona de Libre Comercio Sudamericana. La Comunidad Sudamericana de Naciones fijó una agenda prioritaria para im- pulsar el diálogo político, la integración física, la integración energética, la reflexión sobre las asimetrías existentes, el medioambiente, las telecomunicaciones, los me- canismos financieros sudamericanos y la promoción de la cohesión, justicia e inclu- sión social. Dentro de su programa de acción destaca la creación de un foro sud- americano de consulta y concertación de política exterior. La idea es que los miem- 26 Este esquema de integración generó grandes expectativas, ya que no sólo incluía dos de las economías con más peso en Latinoamérica, Brasil y Argentina, sino que incorporaba, al menos en el Tratado de Asunción, los objetivos de lograr una cohesión más profunda. Pese a todos los esfuerzos no se han producido importantes transformaciones en ámbito del comer- cio intraregional, ya que la mayoría de las veces ha sido incompleta la implementación de las normativas. 27 La ALADI fue creada en 1980 mediante el Tratado de Montevideo, para revitalizar el proce- so de integración iniciado anteriormente con la Asociación Latinoamericana de Libre Co- mercio (ALALC) que no había logrado su objetivo de conformar una zona de libre comercio regional. 28 El Acuerdo de Complementación Económica entre Bolivia y Chile fue suscrito en la ciudad de Santa Cruz el, entrando en vigencia el 7 de julio de 1993, en el marco del proceso de integración establecido por el Tratado de Montevideo de 1980.
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