Nuestros vecinos

Una estrategia nacional de largo plazo para Bolivia 301 • Los aspectos críticos de nuestra relación con Bolivia son políticos y culturales, a lo que se suma el desconocimiento y la incapacidad de comunicarnos eficientemente. Chile no puede resolver esos déficits por si solo, también requiere que ocurra un cambio en Bolivia. • Nuestro crecimiento como país –en los aspectos económico, político y social– y las dificultades de algunos de nuestros vecinos, nos pone ante un reajuste del ranking de poder en la región. Este es un proceso doloroso que nadie acepta con gusto y que exige un cambio de percepciones y actitudes. • Es una necesidad política, diplomática y de defensa que las relaciones vecina- les y regionales sean fluidas, estables y con el menor nivel de conflictividad posible. Sólo así podremos generar las condiciones óptimas para el desarrollo de nuestros pueblos. Los gobiernos de Chile, Perú y Bolivia deben enfrentar y resolver con éxito ese desafío. • Para lograr el estado final deseado, nuestro país debe ser capaz de conseguir un adecuado balance entre cooperación e integración y la necesidad de crear y conservar en el tiempo las condiciones que hagan posible la continuación de nues- tro propio desarrollo, según las líneas que estimemos adecuadas. • El Tratado que establece una frontera entre dos Estados no rompe los contac- tos y vínculos que en la práctica existen entre dos regiones vecinas y en general entre los territorios contiguos de los Estados limítrofes. Naturalmente surgen entre ellos una serie de relaciones de vecindad. Algunas pueden ser problemáticas. Pero otras, pueden dar lugar a una interesante dimensión positiva y de cooperación in- ternacional, tendiente a la solución de los problemas causados por el hecho fronte- rizo mediante acuerdos o entendimientos entre colectividades de esta índole. • Para mejorar nuestras relaciones con Bolivia, el desafío es la búsqueda de soluciones creativas y acordes a los tiempos. Es decir, que sean realistas, útiles, razonables y duraderas. Que se preocupen de mejorar la calidad de vida de las personas y de generar las condiciones necesarias para el desarrollo y progreso de los pueblos. • La cooperación transfronteriza busca la expansión e intensificación de los lazos de colaboración y la creación de redes que en conjunto puedan afrontar los temas de interés mutuo. Puede darse en diferentes niveles. Desde el interestatal, interregional, intermunicipal y en el ámbito de instituciones públicas y privadas. • Se lleva a cabo por agentes o instituciones distintas de la administración cen- tral del Estado y es promovida o gestionada por poderes locales o descentralizados. Además, busca un nuevo campo de acción con participación de los actores sociales y las instituciones locales. • La cooperación e integración de zonas que comparten riquezas, pero también necesidades; promueve el surgimiento de nuevos sectores locales que deben prepa- rarse y perfeccionarse para poder respaldar las iniciativas y actividades que allí prosperen. También puede contribuir a unas mejores relaciones vecinales, la pers- pectiva de quienes comparten un mismo espacio geográfico. Tanto más cuanto que, en el caso específico de Bolivia, puede llegar a ser una rica fuente de intereses comu- nes y situaciones de encuentro. • Los procesos de cooperación e integración no deben ser interpretados como una amenaza a la identidad de ninguno de los involucrados. Al contrario, una manera de

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