Nuestros vecinos
Una estrategia nacional de largo plazo para Bolivia 299 peligros derivados del tráfico de drogas, de personas, de órganos, de armas, crimen organizado, contrabando, etc. d. Educación e identidad nacional Al final, aunque no por eso menos importante, existe un aspecto que no pode- mos olvidar frente al fenómeno de la globalización y los procesos de integración vecinal y regional: es la educación. Uno de los grandes desafíos dentro del mundo contemporáneo, es precisamente como aprovechar todas las oportunidades que brinda la modernidad sin que en ese esfuerzo quede atrás, o se pierda la identidad nacional. Los especialistas sobre estos temas, han discutido latamente sobre los impactos que tiene para la diversidad cultural, el acelerado proceso de interdependencia global. No es objeto de este trabajo entrar en dicho debate, no obstante no podemos dejar de mencionar, lo esencial que resulta la educación en cualquier proyecto de mejoramiento de las relaciones vecinales y especialmente relevante es en el caso de Chile y Bolivia. Innegable resulta el hecho, que la historia común de nuestros países por diversas razones (que no es del caso ahora analizar), no es generosa como fuente de elemen- tos de encuentro. Cambiar eso y no permitir que dicha situación continúe siendo un factor determinante de nuestra relación con Bolivia, es un desafío complejo, lento, probablemente polémico; que además requiere la concurrencia de la voluntad de ambas partes, pero que pareciera aconsejable realizar. El cuándo y cómo hacerlo, cada país deberá determinarlo. Sin embargo, al me- nos en el caso concreto de Chile, creemos que antes de tomar cualquier resolución, debería realizarse una reflexión madura, profunda, sin apasionamientos y que incluya a todos los sectores de la sociedad; respecto a que significa ser chileno en el siglo XXI, tomando con orgullo y humildad los aciertos, pero al mismo tiempo reconociendo y aprendiendo de los fracasos y errores. En otras palabras, los procesos de cooperación e integración no deben ser inter- pretados como una amenaza a la identidad de ninguno de los involucrados. Al contrario, una manera de fomentar el conocimiento propio y el del vecino, es me- diante proyectos cooperativos. Particularmente interesantes pueden ser aquellos que involucran zonas que, si bien no comparten la nacionalidad, si tienen una his- toria local que puede ser utilizada como un punto de encuentro entre ambos países. En efecto, Chile y Bolivia tienen una larga historia de desencuentros, pero no es menos cierto que en algunas zonas fronterizas existe un registro de encuentros que se remonta a la época precolombina. En atención a eso, una efectiva manera de profundizar nuestros lazos, podría encontrarse en proyectos académicos conjuntos que pueden ser de nivel nacional, pero poniendo especial énfasis en aquellos que involucren a las regiones fronterizas. Para finalizar, proponemos algunas medidas de fomento a la cooperación transfronteriza, que pueden mejorar el desarrollo de las regiones extremas y limí- trofes:
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