Nuestros vecinos
Una estrategia nacional de largo plazo para Bolivia 295 transfronteriza es un elemento promotor del desarrollo, la integración y el mejora- miento de la regiones o zonas limítrofes. A partir de este momento, analizaremos algunos aspectos específicos relativos a la implementación de una política de cooperación transfronteriza entre Chile y Bolivia. En primer lugar, nos referiremos al papel que le corresponde al Estado, como ente promotor y facilitador del desarrollo de relaciones vecinales cooperati- vas. Luego, revisaremos la importancia que tiene la participación de las autorida- des locales y la comunidad en general, en la gestión efectiva de la cooperación. Por último, quisiéramos reflexionar sobre algunos aspectos concretos (seguridad y edu- cación), pero de relevancia fundamental en el logro de los objetivos de la coopera- ción transfronteriza. a. El rol del Estado Hoy en día, las autoridades regionales y locales realizan acciones que hasta hace unos años atrás eran desarrolladas sólo por el gobierno central. En este sentido, el rol del Estado en un mundo globalizado debe ser, facilitar el intercambio de perso- nas, bienes y servicios y todo aquello que redunde en mejores condiciones de vida para sus habitantes. Una manera de hacerlo es fomentando y apoyando las accio- nes de este tipo, que surjan en los niveles locales y regionales. Si bien es cierto, entre el Estado de Chile y su contraparte boliviana ha existido una relación cooperativa, esta se circunscribe a materias específicas y técnicas tales como; fronteras y limites, aduanas y cuestiones portuarias. Sin embargo, la preocu- pación por desarrollar temas de cooperación descentralizada se materializó el año 2000, en que la Cancillería crea una Dirección de Coordinación Regional (DICORE), que tiene la misión de apoyar a las instancias del Gobierno Regional en la materia- lización de sus proyectos en el campo internacional, sirviendo de nexo entre las regiones y las dependencias del ministerio, en Chile y el exterior. Además, el 2001 se firmó un Protocolo de Acuerdo de Coordinación y Colaboración entre el Minis- terio de Relaciones Exteriores y su homólogo de Interior, por medio del cual, am- bos se comprometen a llevar adelante un proceso sistemático y orgánico de colabo- ración, que permita a los Gobiernos Regionales desarrollar las funciones que en materia transfronteriza e internacional les asigna la ley. Al año siguiente, en 2002, se creó por Decreto Nº368 publicado en el diario oficial el 23 de julio, la Comisión Asesora Presidencial para la Cooperación Internacional en Regiones. Todo lo anterior, nos muestra que existe un creciente interés por desarrollar la cooperación transfronteriza, desde la administración central, pero involucrando y tomando en consideración a los actores locales. Sin duda alguna, se trata de un tema que puede abarcar una innumerable cantidad de ámbitos, que tiene objetivos ambiciosos y en donde queda todavía mucho por hacer. Junto a estas iniciativas oficiales, en la zona norte de nuestro país existen algu- nos proyectos de carácter privado, que también buscan instancias de colaboración. Por ejemplo, el Grupo Empresario Interregional del Centro Oeste Sudamericano (GEICOS), que reúne a representantes del Norte Argentino, Sur y Oriente de Boli- via, Norte de Chile, Paraguay, Sur de Perú y Centro Oeste del Brasil. En su declara-
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