Nuestros vecinos
El proceso de integración cultural entre Chile y Bolivia... 279 No obstante las profundas heridas causadas por la denomina Guerra del Gas y que acabaron con la dimisión del Presidente Sánchez de Lozada, lo cierto es el tema económico volvió a tomar vuelo a finalizar el gobierno de Lagos. La confrontación ocurrida en Monterrey en enero de 2004 ha sido mucho más efectista en términos comunicacionales que efectiva en términos de deterioro de las relaciones binacionales. A casi un año y medio, la reanudación de los acercamientos es real y en contraposición a los desgastes internos, ambas Cancillerías han vuelto a establecer puentes de contacto que fortalecerán el comercio y pondrán nueva- mente en la agenda la posibilidad de un Tratado de libre comercio entre los dos países. Si desde el punto de vista consular y económico existen aportes hacia el conoci- miento y relacionamiento mutuo, el Estado chileno ha venido reforzando sus víncu- los con otras instancias del Estado boliviano, concretamente con los Ministerios de Educación, de Turismo y de Cultura. Tarea que no ha sido simple, ni mucho menos exenta de tropiezos por temas presupuestarios y políticos. A lo largo de casi una década al menos los Consulados de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz en el último tiempo han visto la preocupación del Estado, logrando conectar a escrito- res, artistas plásticos, directores de cine, actores de teatro, historiadores e intelec- tuales, paulatina y progresivamente en redes de trabajo y proyectos en el que se expresan el deseo de acercamiento mutuo de la sociedad civil. A pesar de la inexis- tencia de relaciones diplomáticas por una decisión unilateral adoptada por el Go- bierno de Bolivia desde 1978, en los últimos diez años se inició una nueva etapa de acercamiento y contactos a través de los cuales se han ido materializando inter- cambios en diversas materias. En ese plano han surgido nuevas iniciativas que han hecho que el vínculo bilateral se amplíe en otros niveles de la sociedad civil. Ahora, cierto es que los temas económicos han proliferado. Pero no es menos cierto que en términos de integración cultural, los desafíos son infranqueables aún, toda vez que las encuestas de opinión exponen el tema marítimo como pieza angular de lo Bolivia califica como uno de sus atributos identitarios: la reivindicación marítima. En ese sentido, tampoco en Chile, la opinión pública resulta relativamente sen- sible al hecho. Y en el marco de los procesos de integración sigue primando cierto pragmatismo respecto a las naciones. El desafío cultural, en ese sentido resulta trascendente, toda vez que es notorio a través de distintas instancias de contacto, que ambos países someten su conocimiento del otro exclusivamente a los decires de la prensa escrita, no existiendo aún: • Foros de trabajo complementario en el plano universitario. Al respecto, creemos que esta es una de las iniciativas de largo plazo que puede arrojar enormes beneficios mutuos, toda vez que justamente es por la vía de la educación que se puede construir un nuevo imaginario entre los dos Estados. Al respecto cabe destacar que tanto por medio de becas, como del intercambio académico puede darse un proceso de conoci- miento mutuo y de diálogo que fortalezcan los vínculos entre los dos países. • Proyectos de investigación conjunta. En esta materia y considerando los me- canismos iberoamericanos establecidos por las Cumbres Iberoamericanas, hay un mundo de posibilidades de colaboración mutuas. • Proyectos I+D que permitan identificar las ventajas comparativas entre los
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