Nuestros vecinos

Política exterior regional y las relaciones con Argentina 27 del Sur. Según algunos, Chile ha optado por una estrategia de inserción indepen- diente, fundamentada en sus esfuerzos de apertura económica y de búsqueda de acuerdos de libre comercio extra-regionales. Pero, en los años recientes puede advertirse que la visión se ha venido haciendo más equilibrada, tal vez a la luz de las propias dificultades surgidas en el contexto sub-regional. Como ha señalado el ex Canciller y actual Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, «lo más probable es que la búsqueda, o la quimera de forjar alianzas estratégicas sólidas y permanentes en otras regiones a expensas de la inserción en la propia, esté conde- nada al fracaso», porque «por definición, toda integración efectiva es regional y con- dicionada geográficamente» 17 . Éste es, consideramos, el camino necesario, a pesar de lo que las realidades imaginadas pretendan presentarnos como verdades. En ese sen- tido, cuestiones como la compatibilidad entre las agendas de ALCA y Mercosur, tal como lo ha señalado la Presidente electa 18 requerirán de esfuerzos adicionales por hacer ver compatibilidad donde otros gobiernos ven lo contrario. Nuevos enfoques para la política vecinal y las relaciones con Argentina Está claro que los gobiernos de la Concertación –y en particular el de la administra- ción del Presidente Lagos– se han diferenciado de las posiciones de otros países de la región que parecieran confrontacionales con Estados Unidos. Considerando que Brasil bajo el gobierno de Lula ha optado por el liderazgo sudamericano, el gobier- no de Lagos, a través de distintas iniciativas y posiciones, se ha ubicado en la oposición a muchas de las propuestas brasileñas, como por ejemplo, aceptar la incorporación de Cuba al «Grupo de Río» y mantener una posición dura en las negociaciones respecto de ALCA . Sin embargo, ha acompañado otras, como la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones y la continuidad de víncu- los políticos dentro del Mercosur, cuestiones todas en las que el gobierno argentino no ha mostrado ser ni demasiado entusiasta ni tampoco absolutamente crítico, con excepción de las negociaciones por ALCA , donde su posición ha sido clara. En el contexto de una política vecinal que aborde las relaciones con los tres vecinos, es necesario revisar la visión dominante, específicamente en lo que atañe a las relaciones con Perú y Bolivia. En este caso, habrá que matizar la interdependen- cia con el pragmatismo realista , en la medida que las respuestas provenientes de esos países sigan siendo una barrera de contención a las políticas chilenas de vecin- dad interdependiente. Pero sería un error retornar al realismo y la política de poder del pasado en las relaciones con Argentina; idea que tal vez haya sido considerada por algunos sectores políticos chilenos a raíz de las desavenencias y problemas derivados de la «crisis del gas». 17 Cfr. José Miguel Insulza, «¿Es posible una visión renovadora para orientar el futuro de América Latina?», en Estudios Internacionales , Santiago, Instituto de Estudios Internaciona- les de la Universidad de Chile, Año XXXVI, enero-marzo 2003, Nº 140, pp. 55-65. 18 Cfr. Clarín.com , «Elecciones en Chile: la presidente electa de Chile Michelle Bachelet con la prensa extranjera: Las agendas del Mercosur y del A LCA no son incompatibles», Buenos Aires, 17 de enero de 2006.

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