Nuestros vecinos

Raúl Bernal Meza 26 mundial 14 , que los recambios presidenciales en Brasil y Argentina percibieron, modificando el derrotero de sus respectivas políticas internacionales. Este fue el inicio de las diferencias que comenzarían a apreciarse en las políticas exteriores de Chile con respecto a las de Argentina y principalmente Brasil. Chile proyectó ese enfoque interdependiente como marco predominante en sus relaciones vecinales. Los progresos alcanzados en las relaciones bilaterales con Ar- gentina lo justificaban entonces y lo seguirán justificando en el futuro, siendo la base de la cooperación más amplia posible y en todos los campos. Pero las respues- tas desde Perú estuvieron dominadas –como lo han sido históricamente respecto de Chile– por el realismo . No ha ocurrido, no obstante, lo mismo en Bolivia, aún cuando este enfoque ha sido dominante; pero el mismo ha sido matizado en mo- mentos por un pragmatismo comercial, que ejemplificado en el concepto «diálogo sin condiciones, sin exclusiones» , han planteado en su momento los presidentes Banzer, Quiroga y ahora Evo Morales. En este sentido, la posesión de enormes reservados de gas, que necesitan imprescindiblemente salir por el Pacífico para su exportación, ha llevado a los gobiernos bolivianos a un «realismo comercial» 15 . La visión de un mundo interdependiente era ciertamente funcional a la estrate- gia de inserción económica internacional de Chile. Un exitoso proyecto de inser- ción económica internacional ha llevado a que el PBI de Chile dependa más del 66% del sector externo 16 . El modelo de apertura, liberalización e integración eco- nómica al mundo registraría un desempeño envidiable en términos de acuerdos de libre comercio alcanzados y que cubren el segmento de las más importantes y diná- micas economías del mundo. Sin embargo, esta misma dinámica –y a pesar de los vínculos del comercio exterior y las inversiones externas– ha tendido a aislarlo de sus vecinos inmediatos, donde segmentos influyentes de la sociedad y que compar- ten la filosofía del modelo económico chileno, han evidenciado una especie de sana envidia; una condición exitosa que, al mismo tiempo, ha generado reacciones adversas y animosidad. El éxito en el campo de la economía y la percepción exter- na de sus excelentes vínculos con Estados Unidos pueden conducir a Chile a trans- formarse en el «Israel de América Latina», con la diferencia que si bien las relacio- nes chileno-norteamericanas pasan por uno de los mejores momentos de la histo- ria y el país se ha transformado en estos años en un socio clave para las políticas hemisféricas de Washington, no tienen el carácter estratégico que tienen aquellas de la potencia con su socio del medio Oriente. Mucho se ha hablado de la visión de los formuladores de la política exterior chilena de la Concertación acerca del «regionalismo» y las relaciones con América 14 Cfr. Raúl Bernal-Meza, «Multilateralismo y unilateralismo en la política mundial: América Latina ante el Orden Mundial en transición», Historia Actual On-Line , 5 (2004), [journal on line]. Available from Internet at: <http://www.hapress.com/haol.php?a=n05a11 > y también, del autor, «Rivalités et diplomatie», en AGIR, Revue Générale de Stratégie , Paris, Société de Stratégie, N° 16, Décembre 2003; pp. 131-142. 15 Expresado en las ideas «el gas sería el mejor canciller de Bolivia» y «negociaciones de gas por mar». 16 El porcentaje corresponde sólo al comercio exterior, según la Dirección General de Relacio- nes Económicas Internacionales (Direcon); cfr. El Mercurio Online (Emol), 4 de enero de 2005. Considerando los servicios, las inversiones y la cuenta de capitales, la cifra aumenta significativamente hasta el 80% del PBI.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=