Nuestros vecinos
El proceso de integración cultural entre Chile y Bolivia... 267 los problemas existentes tanto en el contexto interno como en externo de los paí- ses de la región. En el caso de Bolivia, la existencia de numerosos gobiernos milita- res y un ambiente político marcado por conflictos sociales devenidos de la realineación de la política interna, el temor por los movimientos insurgentes y los conflictos con la Gulf Oil Company, dieron por resultado la existencia de una docena de mandatarios castrenses entre 1964 y 1983 frente a Chile que en el mis- mo período ha tenido dos presidentes constitucionales (Eduardo Frei y Salvador Allende), un Gobierno militar de 1973-1989 y posteriormente hasta el año 2005, tres presidentes constitucionales: Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos. A partir de la sustitución en 1980 de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), uno de los primeros experimentos regionales, por la Asocia- ción Latinoamericana de Integración (ALADI) se introdujeron algunos matices en ideario de la integración, tales como: a. La flexibilidad en las metas propuestas para lograr el establecimiento de la Zona de Libre Comercio; b. El estímulo a los acuerdos bilaterales y plurilaterales o conjuntos, teniendo como último propósito y c. La configuración del mercado común latinoamericano (CEPAL, 1995). Sin embargo, con la creación de la ALADI y hasta finales de la década de los ochenta la integración tendía hacia un estancamiento, coincidentemente con la ex- pansión de la crisis latinoamericana, tanto producto del endeudamiento externo, el cuestionamiento al modelo estatal (1990), como en definitiva por la ausencia de una voluntad política que primase por sobre los fines estrictamente nacionales (Núñez, 2004). La tensión entre globalización y regionalismo ha llevado a los Estados de la región a asumir contradictorias políticas de apertura multilateral y concertación programada, con diferentes grados de protección de mercados. Justamente, la inminencia de la globalización ha alentado posturas que intentan aprovechar la organización regional en pos de la competencia, mediante un concepto denomi- nado por la CEPAL de Regionalismo Abierto y adoptado por buena parte de los países de la región. (Garay, 2003) Del impulso dado en la década de los sesenta, como una extensión de los proce- sos de sustitución de importaciones a niveles nacionales con fuerte protección aran- celaria, se sigue con un modelo que reconoce una acelerada apertura con el resto del mundo (BID-INTAL, 1993). Al finalizar el decenio de los ochenta, después del evidente inmovilismo, se dio paso a otro tiempo con un nuevo contenido para las fórmulas regionales y subregionales de integración destinadas a la consecución de políticas económicas comunes y de intercambio. En lo político, sin embargo, los cambios fueron escasos. La resignificación de la integración a inicios de los años noventa, estableció interpretaciones diferentes en relación con la integración. Precisamente por ello, el SELA declaraba en 1992 que la dinamización de los procesos de integración en América Latina y el Caribe se podía producir si es que confluían al menos tres
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