Nuestros vecinos

Política exterior regional y las relaciones con Argentina 25 Existe en la Argentina una cultura de «nacionalismo territorial» que, como definió un conocido académico e internacionalista argentina, se sostuvo histórica- mente sobre lo que reproducían los textos escolares 12 . Dice este autor que «un relevamiento provisional de los textos escolares argentinos a lo largo del siglo XX demuestra que, independientemente del gobierno y régimen de turno, un mensaje permanentemente presente en la educación argentina era que el país había sido desposeído de enormes territorios continentales durante el siglo XIX por vecinos expansionistas o secesionistas, de hermanos ingratos» 13 . Esta visión, que incluye en buena medida a Chile, ha tendido a ser desplazada en los años recientes, coinci- diendo con el retorno de la democracia. En efecto, desde 1984 los diferentes gobier- nos han venido contribuyendo a la modificación de esas percepciones, sin lo cual es inimaginable la cooperación política y la integración económica. A este esfuerzo también ha contribuido la solución de todos los conflictos limítrofes y la creciente interrelación que se advierte entre ambas sociedades nacionales en todos los aspec- tos. Sin embargo, la misma está aún lejos de ser abandonada definitivamente, a pesar de que existe un creciente sentimiento de admiración por los datos que expre- san el crecimiento económico constante de Chile durante los últimos cuatro lustros. Relacionado con el punto siguiente a considerar está la gran diferencia que exis- te, entre una relación muy «prolija» y cordial, con crecientes vínculos cooperativos, a nivel gubernamental argentino-chileno y la relación a nivel de sociedades, donde aún hay mucho de irredentismo y subsiste el peso de los sistemas educativos y de las concepciones geopolíticas. Estas últimas mantienen todavía la visión de un Chile expansionista, amigo de los ingleses –cuestión que se relaciona estrechamente con la Guerra de Malvinas– y desinteresado por el Mercosur. Un segundo elemento de influencia deriva de la propia dinámica de las relacio- nes internacionales chilenas durante el período de las administraciones de la Concertación. Durante la década de los noventa, a tono con lo que ocurría en los países más importantes de América Latina –México, con las administraciones de Salinas de Gortari y Zedillo; Brasil de la era Cardoso y la Argentina de Carlos Menem– la política exterior chilena adoptó de manera predominante un enfoque cercano a la interdependencia , influida por el pacifismo comercial y el institucionalismo neoliberal, este último muy próximo a la visión del idealismo kantiano que en su momento supo impulsar tan bien William (Bill) Clinton. Desde esa visión institucionalista neoliberal, era posible avanzar hacia la gobernabilidad mundial y construir un mundo más multilateral. Este enfoque se proyectó a la década siguiente cuando fue abruptamente confrontado por las realidades del poder los?, Buenos Aires, ISEN/Nuevohacer, y Lacoste, Pablo (comp.) et al. (2005), Argentina-Chile y sus vecinos (1810-2000) , Mendoza, Editorial Caviar Bleu/Universidad Arturo Prat. 12 El cientista político argentino Carlos Escudé investigó ampliamente el tema, que desarrolló en diversas obras, entre ellas: Patología del nacionalismo: el caso argentino , Buenos Aires, Editorial Tesis/Instituto Di Tella, 1987; «Nacionalismo territorial argentino», en Rubén Perina y Roberto Russell (comps.), Argentina en el mundo 1973-1987 , Buenos Aires, Grupo Editor Latinoameri- cano, 1988; «Argentine Territorial Nationalism», en Journal of Latin American Studies , mayo 1988; El fracaso del proyecto argentino: educación e ideología , Buenos Aires, Editorial Tesis/ Instituto Di Tella, 1990; Realismo Periférico , Buenos Aires, Editorial Planeta, 1992, etc. 13 Carlos Escudé, Realismo Periférico , op. cit. , p. 182.

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