Nuestros vecinos

Política exterior regional y las relaciones con Argentina 23 señalar con exactitud que algún número de chilenos residentes en ese país hayan sido discriminados por su nacionalidad. A partir de una encuesta de opinión que sostenía parte de las argumentaciones de un informe confidencial sobre política exterior, encargado a inicios del gobierno del presidente Menem por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina 6 , se señalaba entonces que «si bien la política exterior es una de las áreas de gestión del gobierno que menos atención captaba en la gente, las actitudes hacia la política exterior tenían un componente ideológico muy importante. Chile es un país que genera sentimientos encontrados. Para algunas personas es poco confiable, piensan que busca sacar partido constantemente, para otros es un país más de Latinoamérica con el que deberíamos estrechar vínculos pues comparte nuestra realidad» (…). «La integración latinoamericana NO es un tema que genere conflictos. El 82% de la población está de acuerdo con que Argentina integre con sus vecinos un Mercosur». «De los países de la región con los que los argentinos prefieren estre- char vínculos, Brasil es quien ocupaba el primer lugar de las preferencias, en tanto Chile era el país con que el mayor porcentaje de la población NO LE GUSTARÍA que Argentina profundizara sus vínculos» 7 . Si bien ha transcurrido más de una década desde aquella evaluación, hay una generación, que hoy ronda los cincuenta años de edad, que está formada en las hipótesis de conflicto con Chile. Si bien esa visión está abandonada y sepultada por la dirigencia política gobernante en Argentina, esa generación es hoy significativa, por cuanto su porción etárea le hace estar presente en todos los ámbitos de relevan- cia social, económica, política y cultural del país. Consultas recientes realizadas con personas que representan a esos sectores y actores sociales 8 señalan que estas percepciones son aún dominantes, a pesar de los enormes –y reconocidos– progresos que ha alcanzado la relación bilateral estos últimos 15 años, como la solución de todos los diferendos limítrofes, la elimina- ción de las hipótesis de conflicto y la significativa profundización positiva de to- dos los vínculos bilaterales. Las razones de este sentimiento tienen motivos diver- sos, pero, entre ellos, está la percepción de Chile como un país que juega al equili- brio de poder en las relaciones entre Argentina y Brasil; que no busca una integra- ción como el pasado «ABC» y que su objetivo apunta a crear diferencias en esa relación bilateral, acercándose Chile hacia uno u otro según la agenda y sus intere- ses. Domina la impresión de que Chile no quiere la integración ni su inserción en el Mercosur, temas que para la sociedad argentina son relevantes. Más allá del discurso –y praxis– chileno acerca de su «alianza estratégica con Argentina» se descree de ella y se considera que la agenda chilena se concentra sólo en cuestiones económicas y comerciales, pero no en una agenda política que se traduzca en una agenda política bilateral más amplia, vis-à-vis el sistema regional y el multilateral. Existe la percepción de que Chile está más cerca de Estados Unidos, 6 La encuesta, efectuada por Mora y Araujo, Noguera y asociados, estaba incluida en el «Infor- me sobre Política Exterior Argentina», presentado al ministro de Relaciones Exteriores Co- mercio Internacional y Culto de la República Argentina en febrero de 1992. 7 Extractado de la «Síntesis» del Informe. 8 Para el caso, el autor efectuó consultas a personalidades reconocidas, en los ámbitos acadé- mico, político, diplomático, periodístico y de sectores sociales y culturales.

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