Nuestros vecinos

Carlos Bustos 228 D. Contradicciones e indefiniciones bolivianas A lo anterior cabe agregar otra interrogante: ¿ha habido en Bolivia un pensa- miento y una reacción coherente y clara –expresiva de una posición nacional– frente a las conversaciones planteadas en 1895, 1920, 1923, 1950, 1975, 1978, 1986 y en otros escarceos que podrían haber dado lugar a negociaciones? Objetivamente se puede decir que no la ha habido y que no parece justo responsabilizar a Chile por el fracaso de la mayoría de ellas. Asimismo, que no responde a un criterio de objetividad elaborar listados de supuestas «traiciones» chilenas, en circunstancias de que en casi todas las negociaciones que se mencionan Chile mostró buena disposición y fueron situaciones domésticas bolivianas o críti- cas nacidas en el altiplano las que desbarataron las perspectivas de éxito que se visualizaron en un par de ocasiones. Cabe recordar, que importantes personalidades bolivianas vinculadas a los te- mas de política exterior –en su mayoría ex-Cancilleres– participaron en 1999 en un Seminario sobre «Desafíos en el Nuevo Milenio, organizado por la Comisión de Política Internacional y Culto de la Cámara de Diputados. La H. Cámara de Diputados elaboró una recopilación de los debates, la que fue editada y entregada al conocimiento de la opinión pública nacional. Se debatieron aspectos muy importantes del momento que se vivía en lo interna- cional, dándose especial relevancia al tema marítimo. Se publicó un folleto que se titula «Política Exterior Boliviana. Desafíos en el Nuevo Milenio», La Paz, 1999, en que se reconoce que nunca ha habido en Bolivia una posición clara y consistente, con apoyo de los diversos sectores nacionales, en materia de mar. Como lo recono- cen los propios bolivianos, hay en ese país absoluta claridad en cuanto a ciertos sentimientos básicos, pero absoluta confusión en torno a los objetivos que realistamente podrían buscarse y en torno al cómo y al cuándo, en lo que se refiere al logro de esos objetivos. Los propios bolivianos han elaborado infinidad de teo- rías. Se ha hablado de reivindicacionismo, de reintegracionismo, de gradualismo, de practicismo, de soberanía plena, semiplena, funcional, de «soberanía perfora- da», a algunos les interesa un «puerto», otros prefieren recibir un «litoral», etc E. El «factor Argentina» La observación de acciones y reacciones de Bolivia a lo largo de muchos años permite presumir que en distintas oportunidades los respectivos Gobiernos bolivia- nos adoptaron decisiones vinculadas con Chile, que fueron influenciadas por su ob- servación o interpretación del nivel en que se encontraban los vínculos chileno-argen- tinos. La Paz parece haber mostrado más flexibilidad y tendencia a buscar entendi- mientos con Chile cuando ha apreciado que los vínculos entre Santiago y Buenos Aires atraviesan por buenos momentos y hay que dejar de lado la posibilidad de escenarios conflictivos en el cono sur. Por el contrario, ha endurecido sus posiciones cuando advierte vientos de fronda en el diálogo entre la Moneda y la Casa Rosada. Podría pensarse que el Gobierno del General Daza no habría desconocido las obligaciones emanadas del Tratado de 1874 ni habría mantenido la intransigencia

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