Nuestros vecinos
Carlos Bustos 226 Si esos eran desafíos importantes, más dramáticos podrían ser los que tendrá la Bolivia de Morales. En importantes sectores de Bolivia se aprecia preocupación e incertidumbre frente a lo que Morales pueda hacer en el ámbito doméstico. Desde luego, como señalaba en una conferencia dictada en Iquique meses antes, el profe- sor bolivianoWilliamTorres, preocupa el fortalecimiento de liderazgos neopopulistas que se nutren de la insatisfacción generalizada. Paralelamente, para divisar la luz al final del túnel, Bolivia debería dar pasos para resolver su aguda crisis económica. Tal vez las ventajas de Morales están en que la situación socio-económica de nuestro vecino es tan precaria que difícilmente podría deteriorarse aún más y que cuenta con un apoyo popular sin precedentes. Elementos que han influido, afectado o condicionado diversas oportunidades de acercamiento y diálogo Después de haber hecho este recuento sobre lo ocurrido en el ámbito de la rela- ción chileno-boliviana desde la década de 1840 hasta ahora, pareciera conveniente identificar algunos elementos que a través del tiempo han afectado de una u otra manera los distintos procesos de acercamiento o de diálogo chileno-bolivianos. Habría que definir –y en algunos casos tratar de aislar– ciertas situaciones del pasado que en nada cooperan para un clima de entendimiento. En este sentido, sería conveniente rechazar ciertos prejuicios que han dificultado anteriores contac- tos. En verdad, el ideal sería que Chile y Bolivia iniciaran una negociación en que no se hiciera ninguna referencia al pasado histórico, salvo en casos en que ello fuera absolutamente ineludible. A. La Guerra del Pacífico El fantasma de la Guerra del Pacífico, sus orígenes, causas, desarrollo y secuelas ha influido permanentemente en la percepción boliviana de la relación bilateral. Mucho podría decirse sobre la Guerra del Pacífico. Los chilenos podemos seguir sosteniendo, como se expresaba en el documento de 1922 suscrito por don Carlos Aldunate Solar y don Ernesto Barros Jarpa, que fueron «maquinaciones del Perú y de Bolivia» las que no dejaron a Chile otra alternativa que ir a la Guerra. Es un tema que no debería seguir siendo un elemento que condicionara o afectara los contactos, ni directa ni indirectamente. Existen situaciones que no son revisables y que habría que dejar definitivamente de lado. El esfuerzo debe ser realizado por todos. A lo largo de los años las interpretaciones y contrainterpretaciones del conflicto y de las distintas etapas de nuestra relación bilateral con Bolivia, y, en cierta medida aunque con matices diferentes, con su ex-aliado de la guerra del Pacífico hayan sido complejas y poco estimulantes. Un versado analista manifestaba en una opor- tunidad que si en Estados Unidos y Europa hubieran imperado sentimientos como los que hemos alentado en nuestra parte del mundo, probablemente el norte y el sur de los Estados Unidos seguirían agitados por sentimientos y odiosidades de la Guerra de la Secesión, preparándose el Sur para la revancha. Y, en el viejo mundo, la Unión Europea jamás se habría concretado.
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