Nuestros vecinos
Carlos Bustos 216 reafirmar el compromiso histórico de fortalecer cada vez más la unidad y solidari- dad entre nuestros pueblos, prestamos la más amplia comprensión a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia, situación que debe demandar la considera- ción más atenta hacia entendimientos constructivos» 17 . Dentro de este esquema no sorprendió que, a poco andar, los Presidentes Banzer y Pinochet se reunieran en Charaña el 8 de febrero y levantaran un Acta, respecto de la cual cabe subrayar los siguientes elementos: a) Los Presidentes reafirmaron su plena adhesión a la Declaración de Ayacucho, en la que se refleja fielmente un espíritu solidario y abierto al entendimiento en esta parte de América. b) Ambos mandatarios con ese espíritu de mutua comprensión y ánimo cons- tructivo, han resuelto que continúe el diálogo a diversos niveles para buscar fórmu- las de solución a los asuntos vitales que ambos países confrontan, como el relativo a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia dentro de recíprocas conve- niencias y atendiendo a las aspiraciones de los pueblos boliviano y chileno. c) Los Presidentes, para materializar los propósitos señalados en la presente declaración conjunta, han resuelto normalizar las relaciones diplomáticas entre sus respectivos países a nivel de Embajadores 18 . Se inició un proceso muy dinámico. Se acreditaron Embajadores en Santiago y La Paz. Chile designó a Rigoberto Díaz Gronow y Bolivia a Guillermo Gutíerrez Vea-Murguía. El primero, un distinguido funcionario de carrera, de gran capaci- dad, eficiencia y simpatía personal, que se había ganado la confianza de amplios sectores bolivianos durante el período previo en que se había desempeñado como Cónsul General de Chile. Me atrevería a sostener que Díaz es uno de los diplomá- ticos chilenos recordados con mayor afecto en La Paz por su gestión de acercamien- to, unida a su sencillez y afabilidad. El segundo, un distinguido político de destaca- da trayectoria, que incluso había postulado a la Presidencia de la República en las elecciones del año 1950. Las posiciones de Chile y Bolivia En agosto de 1975, Bolivia hizo su planteamiento en forma muy precisa, me- diante «Ayuda Memoria» fechado el día 26 de ese mes. La Embajada de Bolivia en Santiago planteaba los lineamientos de una negociación que a juicio de su gobierno permitiría alcanzar «soluciones mutuamente convenientes », los que, en líneas ge- nerales, consistían en lo siguiente: 1) Cesión a Bolivia de una costa marítima soberana entre la Línea de la Con- cordia y el Límite del radio urbano de la ciudad de Arica. Esta costa deberá pro- longarse con una faja territorial soberana desde dicha costa hasta la frontera boliviano-chilena, incluyendo la transferencia del ferrocarril Arica-La Paz. 2) Cesión a Bolivia de un territorio soberano de 50 kilómetros de extensión a 17 «Charaña», P. Carvajal, pág. 39. 18 Historia de las Negociaciones chileno-bolivianas. 1975-1978 , M. de RR.EE . de Chile, pág.41.
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