Nuestros vecinos

Dos siglos de relaciones chileno-bolivianas 209 Notas de 1950. La revolución de 1952. El período 1943-1955 En pocas épocas hubo de parte de Chile un interés tan genuino en llegar a entendimientos con Bolivia, como ocurrió durante la Presidencia de Don Gabriel González Videla (1946-52). Se desarrollaron importantes contactos entre el Canciller chileno Horacio Walker Larraín y el embajador boliviano Alberto Ostria Gutiérrez. La idea era dar un corredor a Bolivia al norte de Arica, a cambio de agua para las provincias chilenas del norte. Escritores bolivianos han señalado que Chile habría mostrado gran codicia en relación con los recursos hídricos de Bolivia. Lo cierto es que Ostria Gutiérrez albergaba desde muchos años antes la idea de negociar mar por agua dulce. En su libro «Una Obra y un Destino», en que entrega su visión de la política exterior de Bolivia con posterioridad a la Guerra del Chaco, que apareció en Buenos Aires en 1946, es decir, cuatro años antes de estas conversaciones, manifestaba lo siguiente: ...la obra de Bolivia con Chile únicamente será completa y definitiva cuando los verdaderos estadistas de ambas partes mirando no hacia el pasado sino hacia el porvenir, lleguen a dar una solución, gradual si se quiere, pero efectiva, al proble- ma portuario boliviano. Agregaba que podría resolverse problemas con soluciones «que hoy parecen fruto de la fantasía , pero que pueden llegar a ser una realidad, como la irrigación del desierto norte chileno con las aguas del lago Titicaca» 12 . En junio de ese año (1950), el Canciller chileno Walker Larraín y el Embajador boliviano Ostria Gutiérrez, intercambiaron Notas, acordando entrar formalmente en negociaciones directas, que permitieran a Bolivia una salida propia y soberana al Pacífico y a Chile obtener determinadas compensaciones no territoriales. Ambos gobiernos habían convenido mantener en estricto secreto las conversa- ciones en curso y el aludido cambio de notas, hasta que estas maduraran adecuada- mente. Sin embargo, filtraciones en los medios de comunicación chilenos revelaron la existencia de tales negociaciones. La bomba política estalló cuando la revista «Ercilla», de Santiago, publicó un espectacular reportaje afirmando en primera plana la existencia de «Un plan Tras- cendental. Chile acepta en principio ceder una salida al mar a Bolivia». Comentarios del Presidente Truman formulados varios meses después –en mar- zo del año 1951– provocaron reacciones y polémicas. El Presidente González Videla hizo el día 29 de marzo una detallada declaración sobre las relaciones con Bolivia y sus conversaciones con el mandatario norteamericano, con quien, en un momento de buen humor, tocó piano a cuatro manos en la Casa Blanca. Podría decirse que es el documento más significativo que directamente ha emitido un mandatario chileno en relación con el tema y que confirma la buena disposición chilena que había inspirado el intercambio de notas del Canciller Walker Larraín con el Embajador Ostria Gutiérrez a que nos hemos referido. Dicha declaración se reproduce íntegra- mente en la Memoria del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile de 1950. 12 Op. cit. , pág. 61.

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