Nuestros vecinos

Dos siglos de relaciones chileno-bolivianas 199 El Perú inició una intensa campaña y envió plenipotenciarios a La Paz y Bue- nos Aires. A La Paz para urgir una pronta ratificación. A Buenos Aires para obte- ner la adhesión de Argentina. En este último aspecto estuvo cerca de tener éxito ya que el gobierno del Presi- dente Sarmiento aceptó la idea de adherir a la alianza peruano-boliviana, la que alcanzó a obtener aprobación de una de las ramas del Congreso. Después, sin em- bargo, el tema se estancó y no se completó. Cabe agregar que los esfuerzos del Perú en Argentina continuaron con altibajos y no se detuvieron incluso después de que en abril de 1879 se declaraba oficialmen- te iniciada la Guerra del Pacífico. En esa época, se llegó a ofrecer vastos territorios de Chile a la Argentina, entre los paralelos 24 y 27, si el gobierno de Buenos Aires se plegaba a la alianza. Hubo cambios de personas, de Plenipotenciarios peruanos, además de gobernante y Ministro argentinos. La administración Sarmiento, más proclive al acuerdo, fue reemplazada por la administración Avellaneda, con ideas menos definidas al respecto. El tratado de 1874 Las esperanzas del Gobierno de Santiago renacieron cuando las Cancillerías –desconociendo la chilena la existencia del pacto en contra de Chile, para el cual se buscaba la adhesión de Argentina– negociaron el Tratado de Límites de 1874, en que Chile reiteraba que reconocía la soberanía boliviana al norte del paralelo 24. Cabe preguntarse: ¿si Chile era un país expansionista como ha sostenido siem- pre Bolivia, porqué suscribió primero el tratado de 1866 y después el de 1874, renunciando a toda pretensión al norte del paralelo 24°? Las estipulaciones principales estaban concebidas en los siguientes términos: Art. 1. El paralelo del grado 24, desde el mar hasta la cordillera de los Andes, en el divortia aquarum, es el límite entre las Repúblicas de Chile y de Bolivia. Art. 4. Los derechos de exportación que se impongan sobre los minerales explotados en la zona de terreno de que hablan los artículos precedentes, no exce- derán la cuota de la que actualmente se cobra, y las personas, industrias y capita- les chilenos no quedarán sujetos a más contribuciones, de cualquiera clase que sean, que a las que al presente existen. La estipulación contenida en este artículo durará por el término de veinticinco años. La Guerra del Pacífico. Consecuencias territoriales. Chile reinvindica los derechos que tenía hasta 1866 Si Bolivia hubiera respetado las estipulaciones contenidas en el instrumento de 1874, es de toda evidencia que jamás se habría llegado a la guerra del Pacífico. Lamentablemente, el gobierno boliviano que suscribió este compromiso fue reem- plazado por la administración del General Hilarión Daza, uno de los « caudillos bárbaros » de Alcides Arguedas, quien no dejó paso por dar ni esfuerzo por desple- gar para llegar a una crisis violenta en la relación con Chile.

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