Nuestros vecinos
Una mirada a las relaciones Bolivia-Chile-Perú 173 Un tema que requerirá entidad de análisis propio es el relacionado con el sector de servicios, en sus diversas modalidades, de soporte al comercio, de apoyo a la producción y de entretenimiento. En este orden de ideas, la modernización de puer- tos, centros de almacenamiento, sistemas de facilitación de comercio, medios de apoyo al transporte en carretera, bancos, seguros, hotelería, mercados, postas –para mencionar algunos de los servicios que se requerirán en la región– deberán examinarse en profundidad. En este campo, el actor básico es el empresario priva- do. Los gobiernos –nacional y local– pueden facilitar el espacio de encuentro y análisis, pero la gestión operativa debe encomendarse al sector privado. La región es una de las más importantes y ricas estructuras mineras del planeta. La exportación de cobre, oro, zinc, estaño, plata, de esta parte del escudo andino ha sido fuente de sustento de la economía de Bolivia, Chile y Perú, desde siempre. En los últimos años se ha convertido en el centro de la inversión de corporaciones transnacionales, que utilizan tecnologías de punta y miran el mundo como su mer- cado. Probablemente, los tres países se beneficiarían sustantivamente si examina- ran la posibilidad de coordinar su política y legislación minera o, en una hipótesis más avanzada, de crear un régimen jurídico común, que otorgue mayor estabilidad al inversionista, por su carácter de tratado internacional. En ese marco de coordi- nación tendrían que estudiarse los temas relacionados con la explotación de yaci- mientos situados en dos países; la facilitación del movimiento transfronterizo de trabajadores, equipo y mineral, tanto en el plano jurídico y administrativo como en el de infraestructura física; la situación jurídica de empresas que operan en ambos puntos de la frontera y la solución de las cuestiones tributarias y administrativas. Debe observarse que, probablemente, el centro de esta actividad será la gran corpo- ración transnacional. Un asunto que con toda seguridad cobrará creciente importancia –por lo menos en el intercambio boliviano-chileno– es el de la explotación, transporte y utiliza- ción de agua. Las poblaciones y actividades económicas de la costa del Pacífico tienen deficiencias severas de abastecimiento de este elemento y todo indica que existen depósitos significativos de agua en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes, situada en territorio boliviano. La magnitud del tema, que crecerá en importancia y urgencia a medida que avance el siglo, sugiere la necesidad de un estudio particularmente cuidadoso del potencial y posibilidades de protección, monitoreo y aprovechamiento de este recurso, en condiciones que satisfagan los intereses de todos los países, su propia expectativa de desarrollo y la protección del medio ambiente. Finalmente, la enumeración de áreas de trabajo en conjunto no puede limitarse a la explotación de recursos naturales –agrícolas o mineros– y tiene que incluir el sector manufacturero, generador de valor agregado y de incorporación de conoci- miento a la actividad productiva. La ampliación del mercado beneficiará sin duda a la mejoría de la escala actual de operación de la industria de consumo inmediato de los tres países. Sin embargo, el estudio debería buscar también las condiciones que permitan la expansión de la producción industrial de la región hacia los mercados internacionales, desde los sectores tradicionales de textiles, orfebrería y muebles hasta los más modernos de la industria basada en el conocimiento. Los analistas deberían preguntarse si la región se puede ver como un cluster de tecnología moder-
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