Nuestros vecinos
Pedro Orueta Cuevas et al. 146 Es indiscutible que las Fuerzas Armadas constituyen los elementos integrantes sustantivos de la Defensa Nacional, configurando instituciones fundacionales del sistema, no sólo porque disponen de modo exclusivo y excluyente de las armas y del personal idóneo con capacidad de ejercer el poder del Estado en su ámbito de competencia, sino también por el contexto de su historia y tradiciones dentro del cual se desenvuelven, tan asociados a los aspectos propios del Estado Nación que según hemos visto, integran el campo de los intereses vitales del país. Sin confundir política y estrategia de defensa con política y estrategia militar, puede afirmarse que la Defensa Nacional concierne a la Nación misma y es, por lo tanto, el resultado de la integración y la acción coordinada de todas sus fuerzas y capacidades, para la solución de los conflictos de origen externo que deba enfrentar y que por su carácter, tengan a las fuerzas militares como pivote central. La Defensa Nacional se concreta entonces en un conjunto de planes y acciones tendientes a prevenir y superar tales conflictos, tanto en la paz como en el supuesto extremo de la guerra, conduciendo todos los aspectos de la vida de la Nación du- rante la crisis, el hecho bélico y la consolidación posterior de la paz. Es así que la Defensa es una función indelegable del Estado argentino y constitu- ye un derecho y un deber para todos los argentinos, en la forma y términos que establecen las leyes. En síntesis, la Defensa exige la participación vigilante, activa y constante de todo el espectro institucional, de la dirigencia y ciudadanía en general. Todo ello ayuda a gestar una amplia base de consenso sobre estas temáticas y contribuyen a otorgarle a las políticas de esta área el carácter de política de Estado. Esta política ha redundado así en una estabilidad de las decisiones en el tiempo, con mayores certidumbres para el desarrollo razonable del Instrumento Militar y un grado más elevado de previsibilidad y confiabilidad del país ante la comunidad internacional. 3) Política de Defensa y Política Exterior La política de Defensa, en su más alto grado de abstracción, se encuentra a su vez estrechamente imbricada en muchas cuestiones con la política exterior, a la cual contribuye permanentemente y en muchos casos materializa. Esta asociación, en el alto nivel de la política nacional, se pone en evidencia con- tinuamente. Ejemplos emblemáticos lo constituyen la participación de fuerzas argen- tinas en la coalición internacional de la Guerra del Golfo en 1991, bajo mandato de la ONU, como también la operación de reinstalación de la democracia en Haití. Otra muestra la brinda la amplia participación de tropas y unidades argentinas en las operaciones de paz bajo auspicio internacional, actividades que representan, en la práctica, el compromiso de la política exterior argentina con los esfuerzos internacionales por la paz y la estabilidad. La vinculación e integración regionales se vieron favorecidas por el incremento de la confianza con los países vecinos, al que resultó instrumental el creciente inter- cambio e interrelación entre las respectivas áreas de defensa y militares.
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