Nuestros vecinos
Pedro Orueta Cuevas et al. 140 dos, impulsar una agenda pública que los materialice. En otras palabras, los obje- tivos nacionales permanentes se actualizan y adquieren concreción en decisiones, instrumentos y acciones que expresan la voluntad política de las instituciones de- mocráticas chilenas. Los gobiernos elaboran estos objetivos actuales (o políticos) del país para una extensión variable de tiempo, pero en general lo hacen apuntando a un horizonte temporal que no necesariamente se agota en sus propios períodos. Como es natural, será más fácil lograr el compromiso ciudadano con la defensa y la seguridad del país mientras mayor conciencia y consenso exista respecto de las metas por alcanzar. 2. Intereses Nacionales de Argentina 4 Antes de establecer los intereses nacionales a los que debe atender la Defensa Nacional, es conveniente resaltar los valores que la sustentan, atentos al carácter moral que la Defensa posee. a. Los valores a sustentar Podemos afirmar que, como sustrato de los intereses a los que la Defensa contri- buye a sustentar, prevalecen los valores básicos de la sociedad argentina, especial- mente la preservación y fortalecimiento de la democracia; los derechos y libertades fundamentales y el bienestar de la población, ideas capitales también incluidas en nuestra Constitución. Como el ser humano proyecta su acción en base a fines, es en la vida en sociedad donde encuentra el ambiente adecuado para desarrollar las capacidades que le per- mitan el logro de las diversas aspiraciones que busca continuamente. Como esos fines son variados y múltiples, la convivencia en libertad requiere de un cierto orden que favorezca su logro: ese es el orden social justo, esto es, ajustado a las características que debieran ser propias de la conducta humana. Es así que dicha convivencia requiere del imperio de la justicia, pero ese concep- to debe ser social, es decir, que preservando los valores personales del hombre (la vida, la libertad, la dignidad, la subsistencia, etc.) supedite los intereses individua- les en función del bien común de la sociedad en la cual convive. Con ese propósito, la sociedad establece una serie de normas que intentan com- patibilizar la diversidad de aspiraciones personales, mediante un ordenamiento jus- to de la vida social. Cuando este esquema, así establecido, prevalece en el marco de un sistema de- mocrático, se obtiene también la paz social, sin embargo, para dotarlo de la capa- cidad coercitiva que le es necesaria, se requiere contar con el monopolio de la fuer- za organizada por parte del Estado. 4 Libro Blanco de la Defensa Nacional de Argentina, «Intereses Nacionales», Ministerio de Defensa Nacional, Parte II, Cap. V. (1999), pp. 41-43.
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