Nuestros vecinos
Solange Ahumada Jorquera 132 en Argentina la mayor preocupación es cómo salir de ella y no profundizarla aún más. En este sentido, el economista e investigador de FLACSO Argentina, Martín Shorr 29 , admite que el problema es un asunto estructural ligado a que no hay una clara política energética. Asimismo, destaca que la tesis de que si se mejora el precio interno resuelve la coyuntura, es incorrecto. Se debe entender, que el esquema de explotación de hidrocarburos orientado al mercado externo se fue perfilando también como una consecuencia de la política existente de precios. Un ejemplo de ello es el caso del petróleo es que aun cuando la producción de un barril le cuesta a las empresas unos cuatro o cinco dólares, los argentinos llegan a pagar por este mismo 30, 40 o incluso 50 dólares, precio que impera en el mercado internacional. Este es el panorama que vive el mercado energético –y particularmente gasífero– argentino, el cual evidentemente se encuentra en manos de unas cuantas empresas todas ellas dependientes de grandes multinacionales con capitales franceses, espa- ñoles, ingleses, brasileños principalmente y que en la década de los noventa, signi- ficó millonarias ganancias. «De acuerdo con información estadística oficial, por la venta de las empresas eléctricas, petroleras, gaseras y petroquímicas propiedad del Estado, el gobierno de Carlos Saúl Menem obtuvo alrededor de 7 mil 300 millones de dólares; hoy las trasnacionales que participan en el sector reportan utilidades cercanas a 5 mil millones anuales y los argentinos sufren los embates y chantajes del capital foráneo que controla y explota esa riqueza» 30 . Aun cuando, el gobierno de Kirchner culpe directamente a la administración de Menem y su política neoliberal, período donde se llevaron a cabo la privatización de una gran cantidad de empresas estatales –entre ellas de servicios– lo cierto es que la crisis energética no puede ser atribuida a la poca previsión de un solo gobierno, sino más bien a negligencia presentada en este sector, donde al igual que en otros sectores, se evidencian actos ilícitos, contratos ilegítimos, etc. Si sólo se invocara la Ley 17.319 de Hidrocarburos por sobre los contratos establecidos con las empresas pertenecientes al sector energético, muchas de las concesiones establecidas para la explotación de estos recursos caerían en actos ile- gítimos. Un solo ejemplo, el artículo 31 especifica que ‘todo concesionario de ex- plotación está obligado a efectuar, dentro de plazos razonables, las inversiones que sean necesarias para la ejecución de los trabajos que exija el desarrollo de toda la superficie abarcada por la concesión, con arreglo a las más racionales y eficientes técnicas y en correspondencia con la característica y magnitud de las reservas com- probadas, asegurando la máxima producción de hidrocarburos compatible con la explotación adecuada y económica del yacimiento y la observancia de criterios que Naturales e Infraestructura. División de Recursos Naturales e Infraestructura, CEPAL, Na- ciones Unidas. Santiago, marzo de 2005 29 Entrevista realizada a Martín Shorr en El Periodista con fecha 6 de mayo de 2004. Ver más al respecto en «A la vaca la dejaron sin leche» nota adjunta a la principal publicada en www.elperiodista.cl/newtenberg/1631/article-61866. 30 Ver más al respecto en «Energía-Argentina: Afán exportador deja la casa sin gas», escrito por Marcela Valente, 2 de abril de 2004. Documento publicado en www.tierramerica.net . Tam- bién revisar Mario Osava en «Energía –América del Sur: Gas de Integración y Dependencia», documento disponible en ww.tierramerica.net/2004/0471/noticias.
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