Nuestros vecinos

Crisis del gas, Chile-Argentina... 125 cosmovisión ideológica –realismo periférico–, se debe a la figura de Carlos Menem y su estilo de gobierno, que marca una diferencia con sus antecesores, y que estable- ce una línea distinta dentro del peronismo. Este patrón de política exterior, toma como base la mejora de las condiciones internas, donde el ideal de justicia social aparece como una real premisa para este gobierno. No obstante, a pesar de esa tendencia y deseo de buscar un mayor bien- estar al pueblo argentino, este «modelo de política exterior tuvo su correlato en la política interior con la aceptación lisa y llana de medidas funcionales a los intereses dominantes en el sistema económico y financiero internacional, de políticas ‘amis- tosas’ para los mercados con el objeto de atraer flujos de inversión» 13 . En lo que concierne al planteamiento de las relaciones con los países vecinos, éstas en el caso de Chile, se establecieron bajo el marco de un proceso integracionista, donde el factor histórico sobre el tema limítrofe, jugó un rol importante. Teniendo este punto solucionado, los demás asuntos en materia de relaciones bilaterales, son abordados desde una perspectiva de integración en común. Esta disposición de Argentina, dista bastante de la desarrollada hacia Brasil durante los primeros años del gobierno de Menem. Al ser este país vecino mucho más grande y con un liderazgo casi natural en la región, la integración que se plan- tea se funda principalmente en los aspectos económicos a través del Mercosur, dejando de lado los aspectos culturales y sociales, y principalmente el político. Las características de la política exterior desarrollada por Carlos Menem du- rante su gobierno, definidas a través de la perspectiva del realismo periférico (al menos durante su primer periodo), permite distinguir cómo los rasgos de persona- lidad del líder sobresalen al momento de tomar decisiones –particularmente en este caso– frente a las relaciones bilaterales con Chile y su alineamiento irrestricto con Estados Unidos. En lo concerniente al tema del gas, esta variable se refleja muy bien en cómo se crea un mecanismo de confianza en este mercado, tanto para los inversionistas como para el gobierno chileno en sí, dando todas las facilidades para establecer acuerdos en torno a este tema, garantizando a los privados la segu- ridad del mercado y la factibilidad de ser una opción bastante rentable, a pesar de que el precio era casi tres veces mayor al interno. Es la modificación del Protocolo N° 2 y su posterior firma en 1995 el que permi- te aumentar las confianzas entre ambos países, frente a este tema. Al especificarse por ejemplo que «cada parte fomentará y alentará un régimen jurídico que permita (…) la libre comercialización, exportación, importación y transporte de gas natu- ral» 14 . O que «las partes garantizan la eliminación de restricciones legales, regla- mentaria y administrativas a la exportación y transporte de gas natural» 15 . Ese es el espíritu que prevalece entre Chile y Argentina, pues aun cuando es un negocio entre privados, el presidente Carlos Menem lo convierte en un tema de política exterior, al incluirlo como un partícipe más dentro de este proceso de creciente integración. Es tanto el valor que se le otorga a la exportación de gas argentino hacia Chile, 13 Ramón Alberto Aranda, «La Política Exterior de Argentina: De Menem a Kirchner». Publi- cación de Instituto para la Integración y el Desarrollo Latinoamericano. IDELA/UNT. No- viembre 2004, Argentina, p. 9. Documento consultado en www.idela.org.ar/contenidos 14 Artículo 1 del Protocolo Gasífero de 1995. 15 Artículo 3. Ibid.

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