Nuestros vecinos
Solange Ahumada Jorquera 124 mo periférico acuñado por Carlos Escudé 9 , el cual pasa a convertirse en la base teórica para la reconstrucción de la diplomacia argentina orientada por Guido Di Tella, y que indirectamente permite visualizar algunos aspectos del líder e identifi- car éstos dentro de las variables de idiosincrasia, que influyen en el comportamien- to externo de Argentina, como actor internacional. Los principales puntos de esta tendencia se abocan a calificar a Argentina como un estado débil, otorgando un mayor grado de importancia al término de ciudada- no-centricidad de la política exterior, así como también el abandonar la posición hostil con las potencias occidentales. En el caso del país trasandino, la adopción de esta nueva postura de estado débil frente al sistema interestatal, se vincula princi- palmente a que como nación no se puede competir por el poder político- militar, sin que esto signifique un costo altísimo para los ciudadanos. En tanto «la ciudadano- centricidad de la política exterior sigue la premisa que en una democracia liberal la función principal de la política exterior debería ser la de servir a los ciudadanos. Por ello, el desarrollo económico es la definición del mismo interés nacional sobre todo en un país en vías de desarrollo» 10 . Tomando esta tendencia, la política exte- rior argentina, al igual que las políticas públicas adoptadas durante el primer go- bierno de Menem, estarían supeditadas a la implementación de una reforma estruc- tural económica. Mientras, que el cambio de actitud hostil frente a las grandes potencias, sería un factor importante para alcanzar los insumos necesarios para el desarrollo sostenible. Según Carlos Escudé, la política exterior del gobierno no intenta luchar contra molinos de viento, por el contrario «se adapta a los objetivos de la superpotencia dominante en esta región del mundo. Acepta pragmáticamente que la Argentina necesita más de los Estados Unidos que éstos de la Argentina. (…) Por primera vez, un gobierno argentino ha reconocido implícitamente que una gran potencia difiere cualitativamente de un Estado como el nuestro en que una gran potencia tiene intereses políticos globales, mientras nosotros no los tenemos» 11 . Frente a este punto, Escudé otorga el crédito al propio Presidente argentino en relación a plantearse esta nueva postura frente al orden internacional. Hecho que permite diferenciarlo incluso dentro de su propio partido, pues al decidir el plantea- miento de su política exterior abandona una posición histórica del peronismo frente a Estados Unidos, en beneficio de los intereses de la nación, e incluso destaca el posicionamiento que Argentina logra frente a algunas potencias económicas. «No sorprende, por ende, que la política exterior del paradójico Menem haya recibido un fuerte aliento desde los grandes centros de poder de Occidente» 12 Al analizar hasta ahora lo planteado por Carlos Escudé, podría afirmarse que gran parte del éxito o fracaso de la política exterior desarrollada a través de esta 9 Carlos Escudé, El Realismo de los Estados Débiles. La política exterior del Primer Gobierno de Menem frente a la teoría de las relaciones internacionales , Colección Estudios Internacio- nales, Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, Argentina 1985. 10 Rivka T. van Deijk, op. cit. 11 Carlos Escudé, «La Política Exterior de Menem y su sustento teórico implícito», Revista América Latina , volumen 8, número 27, FLACSO Programa Argentina, enero- marzo 1991. p. 397 12 Ibid ., p. 397.
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