Generación de diálogo Chile-Perú / Perú-Chile: documento 5: aspectos de defensa y seguridad

50 | Capítulo III | Avances que fortalecen la confianza mutua entre el Perú y Chile 2005 y que ahora es una realidad. Esta brigada estará lista para entrar en operaciones antes de terminar el 2012 y de acuerdo a su acta de creación, deja las puertas abiertas para que otros países de la región se integren a esta brigada. El Perú ha manifestado su interés de incorporarse a esta organización, pero el proceso requiere de tiempo. Esta brigada tiene la capacidad de desplegarse en cualquier misión donde la ONU lo requiera; su fuerza está conformada por mil militares, quinientos de Argentina y quinientos de Chile, y tiene componentes terrestres, aéreos y navales. 3. Los desastres naturales Otro ámbito en el que el Perú y Chile deben trabajar, es el de apoyo mutuo en desas- tres naturales. Tanto el Perú como Chile se encuentran en zonas donde se producen diversos tipos de fenómenos que en ocasiones crean situaciones de crisis. Estamos en una región donde se producen desastres naturales y debemos prepararnos para ello. Podemos hablar de tres categorías de desastres naturales: 1. Predecibles (inundaciones por lluvias) 2. Alerta previa (huracanes, erupción de volcanes) 3. No predecibles (terremotos, tsunamis) El Perú y Chile se encuentran ubicados en el llamado “anillo de fuego” y tenemos a la placa de Nazca frente a nuestras costas, así que la probabilidad de un sismo de gran magnitud en esta región no es muy remota. En los últimos cinco años, ambos países han sufrido fuertes terremotos y tsunamis y, por iniciativas de nuestros gobiernos, estos enviaron la ayuda necesaria para mitigar estas catástrofes. Sin embargo, debemos formalizar los procedimientos y acciones que se deben tomar antes, durante y después de un incidente de estas características, mediante directivas o protocolos, desarrollando una doctrina básica binacional para el planeamiento y acciones a tomar ante catástrofes y desastres naturales. Una vez formulados los planes para estos tipos de desastre, es también necesario coor- dinar los ejercicios y simulacros que sean necesarios para entrenarse adecuadamente y previendo los ajustes que resulten pertinentes, verificando que lo planeado es lo más adecuado para enfrentar estas crisis. Ahora, las acciones ante desastres naturales no son exclusividad de las fuerzas armadas. Por el contrario, la conducción de las operaciones debe estar a cargo de las autoridades civiles locales y/o regionales, además, deben estar involucradas todas las agencias y/o

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