Generación de diálogo Chile-Perú / Perú-Chile: documento 5: aspectos de defensa y seguridad

32 | Capítulo II | Medidas de confianza mutua entre el Perú y Chile f) Factibilidad y realismo en la ejecución: Las medidas deben ser realistas en su ejecución. g) Coherencia con otras políticas: Las MCM deben guardar concordancia con otras políticas de Estado, reforzando otros aspectos de la relación bilateral y el clima global de la relación. h) Verificables: Las MCM deben posibilitar su verificación y seguimiento de mane- ratal de garantizar su cumplimiento. i) Contar con soporte social: Reforzando las políticas institucionales, otorgando transparencia en el cumplimiento y asegurando su estabilidad en el tiempo. Todo ello puede contribuir a imprimir a las MCM una amplia base social que las for- talezca y legitime. j) Diferenciación bilateral, subregional o multilateral: Las MCM se pueden desarro- llar no solo a nivel bilateral sino también en otros ámbitos, lo que redundará en una mayor acumulación de experiencias mutuas y en el mejoramiento de la relación. 2.3. Fases de las medidas de confianza mutua Como ya se ha visto, las MCM buscan transferir estabilidad sobre la base de la pre- dictibilidad, generando transparencia en el ámbito de la defensa en lo referido al uso de la fuerza, por lo que su construcción implica un proceso largo y complejo, en el cual es posible distinguir cuatro etapas diferenciadas: a) Erradicar la desconfianza: Se busca actuar sobre los elementos que amenazan la relación, evidenciando que no existe un comportamiento ofensivo o amenazante. Para lograr este propósito se pueden adoptar las siguientes medidas: prevención del conflicto, construcción de líneas de comunicación, erradicación de las fuen- tes de sospecha, mejoras en el conocimiento mutuo, establecimiento de princi- pios rectores de la “nueva” relación, y avances en acciones unilaterales. b) Construcción de la confianza: En esta etapa, el diseño de marcos institucionales y la definición de estructuras más permanentes resultan vitales para el logro de este objetivo. En tal sentido, esta etapa implica trabajar para: consagrar marcos de regulación institucionales sobre la base de principios comúnmente establecidos; constituir mecanismos operacionales específicos; evidenciar y desarrollar una fuerte coherencia entre las medidas domésticas, los acuerdos internacionales y el “nuevo” patrón de relación que se busca afianzar; y adoptar acciones efectivas para el cumplimiento de los compromisos adoptados.

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