Generación de Diálogo Chile-Perú / Perú-Chile: documento 4: aspectos migratorios
82 | Capítulo IV | El impacto del Derecho en la vida de los migrantes antes del endurecimiento de las políticas migratorias y la exigencia de visados para el ingreso. El caso del migrante peruano de las tres últimas décadas compendia muy bien lo des- crito hasta aquí. Si bien las migraciones de peruanos al exterior han sido frecuentes, no se habían percibido –como si lo hacemos hoy–, en toda la dimensión del fenómeno complejo que representa. Los destinos de los migrantes peruanos han sido variados, desde los países vecinos o más cercanos, como el caso de Chile, Argentina, Bolivia o Brasil, hasta aquellos pertenecientes a la región, aunque más distantes como México, los Estados Unidos y, en menor medida, Canadá; también ha sido importante la migra- ción hacia Europa, donde España e Italia han acaparado las preferencias, pero incluso esta diáspora ha llegado aún más lejos, como es el caso de la numerosa colonia peruana en el Japón, principalmente a causa de la existencia de un vínculo familiar que une a los antiguos migrantes japoneses llegados al Perú desde el último tercio del siglo XIX con el tronco familiar originario. De tal manera que, la migración peruana, desparramada por diversos países del orbe, alcanza hoy una suma importante de connacionales que se encuentra alrededor de los dos millones de personas. Esta cifra no pasaría de ser meramente estadística de no ser porque los migrantes peruanos están muy lejos de sentirse expatriados o desarraigados. Profundos lazos familiares y afectivos se conservan entre las colonias de peruanos en el exterior con su tierra natal. La comunicación es frecuente y en buena medida también las visitas. Muchos parten con la idea de retornar y no son pocos quienes logran hacerse de una situación y un patrimonio y regresar para establecer un negocio o simplemente gozar de una apacible jubilación en su patria. Pero, sin duda, el dato más importante lo constituye el flujo de divisas que se da entre los migrantes peruanos y sus familiares residentes en el Perú. El trabajo de nuestros compatriotas en el extranjero permite el envío periódico de dinero para el sostenimien- to de sus familias. El colegio o la universidad de los hijos o de los hermanos menores, la casa de material noble o en su defecto el segundo o tercer piso del inmueble, el capital para el negocio o emprendimiento familiar, el sostenimiento de los padres, los gastos familiares en salud, todo eso proviene de las remesas que los peruanos en el exterior envían puntualmente a lo que nunca dejan de considerar su casa. Más allá del dinero, sin embargo, está la imagen que se forja en la mente y el imaginario de los familiares de los migrantes. El extranjero suele ser el lugar donde se obtuvo tra- bajo, se hallaron oportunidades y se logró una posición. Tal vez sea eso parte también importante ya no solo del fenómeno migratorio, sino del acercamiento entre los países. Cuando el peruano con un familiar migrante sabe que recibe de ese otro país, cercano o lejano, aquella remesa que le sirve de sustento o de respaldo, ve con otros ojos a ese
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