Generación de diálogo Chile-Perú / Perú-Chile: documento 2 : aspectos históricos
78 | Capítulo IV | De la paz final a la paz herida 1914 en términos de la época. En fin, era de esperar que la renovación democrática que vino con el fin de la Guerra Fría ayudara a despejar las desconfianzas entre ambos países. Se suponía también que el problema tenía raíces autoritarias y en los hechos el peligro de guerra se produjo bajo dos regímenes militares. Ha habido otro supuesto corriente, de que la desconfianza y las tensiones subyacentes se originan en visiones de las relaciones internacionales ancladas en una cultura que sería una reliquia del siglo XIX. La solución vendría por destacar cómo los intereses son convergentes si es que se adopta una mentalidad “moderna” para afrontar las relaciones entre ambos países. ¿Cuál ha sido el resultado en estas últimas dos décadas? En cierta manera los gobiernos de Aylwin y Fujimori tenían una visión en común en términos económicos y para alcanzar una mejor confianza. Hubo un tropiezo grave al comienzo con el autogolpe de Fujimori en abril de 1992, ya que el gobierno de Aylwin decidió censurar fuertemente al Perú. Sin embargo a fines de ese año se habían retomado negociaciones que concluyeron en 1993 con los “Protocolos de Lima”, para solucionar los tema s pendientes del Tratado de 1929. Las negociaciones parecieron ser un éxito, sin embargo para los chilenos hubo un lobby nacionalista en Perú que los criticó fuertemente. Hasta esa década nunca un presidente peruano había visitado Chile. Se decía que ello era una respuesta a que el Huáscar todavía estuviera en manos chilenas. Presidentes chilenos, Jorge Alessandri y Salvador Allende, se detuvieron en Lima en una visita protocolar (algo de solidaridad ideológica en el caso de Allende), pero nunca sucedió a la inversa. Alan García vino como un acto especial para la toma de posición de Patricio Aylwin, aunque no fue de los que saludó a Pinochet. En cambio, Alberto Fujimori pareció romper con todos los precedentes y visitó oficialmente Chile. Llegó a ser el gobierno peruano que menos recelo tenía con Chile. En Perú se rumoreaba que Fujimori por no tener raíces en la historia peruana no entendía el verdadero problema de las relaciones con Chile. Cualquiera que haya sido la razón en los hechos el decenio de Fujimori fue el de las mejores relaciones entre ambos países, culminando con el Acuerdo de 1999 que puso punto final a todo lo pendiente de las cláusulas del Tratado. Paradoja para Chile, el gobierno con el cual se pareció avanzar más en las relaciones bilaterales fue el de Fujimori; lo mismo sucedió con el de Carlos Menem en Argentina en la misma década; a posteriori han sido de los gobiernos más repudiados en su propio país, aunque no necesariamente por esta razón, pero pone algún punto de interrogación desde la perspectiva de Santiago. 7. Las ambigüedades de la década del 2000 Tras el interregno de Valentín Paniagua, la llegada del gobierno de Alejandro Toledo auguraba una atmósfera cada día mejor. Parecía ver un paralelismo en política interna y externa con el gobierno de Ricardo Lagos en Chile. Que Toledo tuviera asesores chilenos para algunos era un hecho definitivo. Mas como una maldición las nubes se
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