Generación de diálogo Chile-Perú / Perú-Chile: documento 2 : aspectos históricos

De la paz final a la paz herida Joaquín Fermandois 1. El ansiado Tratado de 1929 y su puesto en la paz sudamericana Como lo ha señalado Antonio Zapata, uno de los factores que ha arrojado una sombra persistente en las relaciones entre Chile y Perú fue el largo período que transcurrió entre el Tratado de Ancón en 1883 y el Tratado de Lima, la paz final de 1929. Al hablarse de una sombra, no nos referimos a la historia de tensiones y de conflictos políticos entre Ancón y Lima, sino a lo que ha seguido después de 1929 hasta nuestros días. Esta situación, en su intensidad y persistencia, en ausencia de motivos que se pudieran considerar “objetivos”, es más fuerte que la que afecta a Perú en relación a Ecuador; o a Chile en relación a Argentina. Ello, a pesar de que ha habido dos guerras limitadas entre Perú y Ecuador (1941 y 1995; quizás en 1981); y se sabe muy bien que casi hubo una guerra en regla entre Argentina y Chile en 1978, con un probable añadido de guerra entre Perú y Chile al mismo tiempo. En un continente escaso en guerras internacionales, en comparación con la historia del sistema internacional europeo, esto representa una anomalía y un peligro latente que se debe afrontar con toda la energía intelectual del caso. Se ha observado que una típica falencia de la diplomacia del siglo XX fue la dificultad de organizar la paz en muchas partes del mundo. Lo mismo se puede decir también se dio en el caso de la post-guerra del Pacífico. Con Perú la situación se arrastró cincuenta años y con Bolivia, veinte años. Para rematar existe un estado de ánimo de hostilidad potencial y al menos de desconfianza que sigue muy vivo 130 años después de los hechos bélicos. Contribuyó a esto quizás el que Chile se viera envuelto en una larga y peligrosa situación pre-bélica con Argentina que tiene sus raíces en los prolegómenos de la Guerra del Pacífico, pero adquirió especial intensidad y una dinámica que parecía irresistible en los años 1890, lo que ayudó a intensificar la atención general en el cono sur. Esto s e llamó ya entonces la “Paz Armada” en analogía muy estrecha a lo que sucedía en Europa. Sin embargo, a la inversa de la catástrofe europea en Chile culminó con un arreglo arbitral en 1902, a lo que se sumó el tratado de paz con Bolivia de 1904. Aunque esto demostró que la tendencia principal a limitar y a evitar los conflictos armados entre estados en América Latina es más fuerte que la tentación de recurrir a las armas, es indudable que dejó algunas huellas a lo largo del siglo XX tal como quedó demostrado en las tensiones de los años 1970. Con todo en ese más de medio Doctor en Historia de la Universidad de Sevilla. Profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Las ideas aquí expuestas se han desarrollado en base al proyecto Fondecyt 10985209.

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