Generación de diálogo Chile-Perú / Perú-Chile: documento 2 : aspectos históricos
Generación de Diálogo Chile-Perú / Perú-Chile | 59 Oruro, vinieron nuevos inmigrantes bolivianos y, entre ellos, no pocos de los mismos obreros que habíamos repatriado [...]. La normalidad llegó rápida y definitivamente para los empresarios salitreros con el nuevo año. En febrero de 1908 encendieron sus fuegos ciento doce salitreras, incluyendo las de Tarapacá. Con esta perspectiva se puede entender la rigidez de la postura de los patrones, porque venían escuchando pliegos de peticiones en forma sistemática, organizada y respetuosa desde los Memoriales de 1904. La huelga de diciembre fue para los salitreros solo un momento amargo, pero no de verdadera preocupación. En cambio para la sociedad tarapaqueña, 1908, fue de reflexión por sucesos acontecidos, pero en lo esencial Tarapacá comienza a vivir una etapa de transición que termina con la desaparición el movimiento obrero internacionalista: hacia 1910 deja de existir la Combinación Obrera Mancomunal liderada por Abdón Díaz, la principal organización laboral de la década anterior. Con ella se termina un tipo de organización caracterizada por el internacionalismo. 1910, el año del centenario, traerá vientos nacionalistas que separará a peruanos y chilenos en Tarapacá. Los tres momentos que hemos identificado fueron, en contextos muy diferentes, de solidaridad entre los distintos grupos de la población local para, en algunos casos, enfrentar las acciones de los Gobiernos centrales y, en otros, para llevar adelante algún proyecto compartido de desarrollo regional. Tarapacá fue la región más austral del Perú hasta 1879 y la más septentrional de Chile hasta 2007, en sus tradiciones es imposible negar la influencia peruana desde lo culinario hasta en sus fiestas patronales y es, a la vez, una de las regiones con mayor cantidad de símbolos patrios nacionales de Chile. Sin embargo, esta región, posiblemente por su lejanía con el centro político, ha vivido importantes tensiones con los Gobiernos centrales, como aquella que tuvo respecto de la frustrada demanda iniciada en 1864 por un ferrocarril, primero, y un camino, después, en dirección a Bolivia. Demanda que hasta nuestros días no ha dejado de estar vigente y que siempre se aleja de su éxito cuando las diplomacias se distancian por querellas a veces centenarias tan en contrario con los tiempos de globalización, apertura a los mercados internacionales y de sociedades abiertas. El destacado historiador peruano, Nelson Manrique, reflexionando sobre las consecuencias e interpretaciones de la Guerra del Pacífico, y teniendo en vista la experiencia europea de integración regional, destaca la importancia de los historiadores en la “integración de una historia de las guerras, que hiciera justicia a todos los contendientes. Los discursos sobre el carácter imprescindible de la unidad regional para afrontar los desafíos de la globalización seguirán siendo una mera retórica si estas tareas no se abordan”. 40 40 MANRIQUE, Nelson. “La mediterraneidad boliviana y la integración regional”. En: Nueva Sociedad, n° 190, Buenos Aires, 2004, p.28.
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