La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
96 Cecilia Dockendorff En la definición anteriormente citada, encontramos una de las formas básicas que puede mostrar un concepto de cultura construido sistémicamente: ser una primera reducción del horizonte del sentido disponible para la selección de los contenidos en las comunicaciones. Luhmann se encarga de recalcar que dicha reducción de sentido no es necesariamente normativa, con lo que intenta diferenciar el concepto de cultura de como ha sido tradicionalmente utilizado en sociología, esto es, como la internalización de normas y valores por parte de los individuos. Ahora, esta reducción del horizonte del sentido no normativa cumple una determinada función: provee los temas para la comunicación. Tenemos entonces que la cultura, como reducción del horizonte del sentido que provee de temas a la comunicación, cumple la función de orientar las nuevas selecciones y dar un carácter de continuidad y relativa homogeneidad a las comunicaciones al interior de los diferentes sistemas sociales. Esta orientación de las selecciones permite, como hemos visto anteriormente, conectar las comunicaciones que emergen con las que ya existen. 3.3. Cultura como memoria de los sistemas Ahora, ¿dónde están aquellas comunicaciones a las que se conectan las nuevas que emergen? Luhmann dice que en la memoria de los sistemas. El concepto de memoria aparece, de este modo, como central para la construcción de un concepto de cultura. El autor sostiene que los sistemas utilizan la memoria para discriminar constantemente entre olvidar y recordar. Los sistemas necesitan olvidar permanentemente para poder recibir nueva información y evitar así una saturación de información que los llevaría a un bloqueo (Luhmann 1998b). Los sistemas son altamente selectivos; sólo recuerdan lo que sea necesario volver a repetir. Ahora, dado que los sistemas se reproducen de momento a momento de manera nueva, la memoria no puede ser una masa fija de signos almacenados. La memoria de los sistemas no puede ser descrita como un archivo que conserva el pasado ni tampoco puede ser aquello que la conciencia recuerda conscientemente (Luhmann, 1998b: 203). En este punto nos encontramos con la segunda de las definiciones explícitas que Luhmann ofrece para cultura. Dice: “Cultura es, así lo podemos considerar, la memoria de los sistemas sociales y, sobre todo, del sistema social llamado sociedad” (Luhmann, 1998b: 206). La memoria favorece ciertas condensaciones y las repite, dice Luhmann. Sostiene que desde el punto de vista de la operación de los sistemas, tanto síquicos como sociales, las tipificaciones de sentido (la semántica) que conectan lo emergente con lo ya existente, pueden ser consideradas la memoria de los sistemas.
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