La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
Lineamientos para una Teoría Sistémica de la Cultura 95 Desde el punto de vista de los sistemas síquicos, la semántica está también presente en la reducción de las expectativas que ego y alter puedan atribuirse mutuamente. Luhmann nos dice: Después de un determinado tiempo de vida, y enriquecidas por las experiencias sociales, las expectativas pierden el carácter de arbitrarias. En el avance normal de una representación hacia la otra no se caerá en lo inusitado. La determinación de la experiencia actual asegura que no puedan formarse cualquier tipo de expectativas. Para ello están a disposición tipos socialmente estandarizados, con los cuales uno se puede orientar. (Luhmann, 1991: 261-282). Estas tipificaciones del sentido que constituyen la semántica, al orientar las selecciones de sentido en dirección de lo tipificado, establecen la conexión entre las comunicaciones nuevas y las que ya existen. Específicamente, respecto de semántica y cultura el autor sostiene: La reproducción social de la comunicación debe realizarse, entonces, por medio de la reproducción de temas que de alguna manera organizan por ellos mismos sus aportaciones. Los temas no son nuevos para cada caso, pero por otra parte, tampoco son ofrecidos previamente por medio del lenguaje, por ejemplo, en forma de un vocabulario suficientemente conciso (porque el lenguaje trata todas las palabras en forma igual y no dispone de capacidad temática en procesos comunicacionales). Debe haber, entonces, un requerimiento que sirva de mediador entre interacción y lenguaje –una especie de provisión de posibles temas listos para una entrada súbita y rápidamente comprensible en procesos comunicacionales concretos. Llamamos a esta provisión de temas, cultura, y cuando ésta se ha almacenado especialmente para fines comunicativos, semántica. La semántica es digna de conservarse y, por lo tanto, una parte de la cultura, a saber, aquella que nos transmite la historia de los conceptos y las ideas. La cultura no es un contenido de sentido necesariamente normativo, pero sí una determinación de sentido (reducción) que hace posible distinguir, dentro de la comunicación dirigida a temas determinados, entre aportaciones adecuadas e inadecuadas, o bien entre el uso correcto de los temas. (Luhmann, 1991: 174). Nos parece importante destacar dos características del concepto de cultura presentes en la definición anterior. Lo primero es que cultura no es lenguaje. El lenguaje es un medio, un vehículo al servicio de la comunicación, pero no es en sí mismo un seleccionador de temas o de información. Lo segundo es que se entiende la cultura como contenidos. Al referirla a temas para la comunicación y a semántica, cultura apunta, más que a una estructura o una función (lo que no significa que no pueda desempeñarla) a contenidos que se prestan fundamentalmente a una descripción.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=