La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
92 Cecilia Dockendorff un sistema interdependiente basado en premisas y categorías trabadas (Kluckhohn, 1970: 46); como una configuración de la conducta aprendida y de los resultados de la conducta, cuyos elementos comparten y transmiten los miembros de una sociedad (Linton, 1970: 45); como aquella instrumentalidad específicamente humana de satisfacción de necesidades biológicas (Malinowski, 1973). Los antropólogos que prestan atención a la estructura de la vida social, caracterizada por la interrelación e integración de las instituciones sociales, otorgan a la cultura la función de mantener dicha estructura en el tiempo y, de este modo, mantener la vida social (Radcliffe- Brown, 1972). Desde el estructuralismo, Lévi-Strauss sostiene que la cultura se encuentra en el nivel inconsciente de las mentes de los individuos, en sus estructuras de pensamiento, en lamedidaqueel intelecto humanoorganizael mundo enoposiciones y establece similitudes y diferencias (Lévi-Strauss, 1992). Para Clifford Geertz la cultura consiste en estructuras de significación socialmente establecidas (Geertz, 1995), enfatizando que los símbolos se encuentran en el corazón de la cultura, y ésta debe ser entendida según estos símbolos y sus interpretaciones hechas por las personas. Por su parte, Goodenough, al definir cultura como un sistema de interpretaciones públicas y compartidas, pone su atención en el aprendizaje de las pautas culturales. Observa la cultura en su dimensión cognitiva, en la medida en que está en la mente de las personas, en los mecanismos perceptivos que permiten organizar el mundo, en el proceso de aprendizaje por parte del individuo (Goodenough, 1975). Esta breve mención de algunas de las más aceptadas teorías de la cultura nos presenta una diversidad de concepciones que no hace sino demostrar que “eso” que existe en la distinción de la ciencia, es un fenómeno complejo y no fácil de observar desde otros conceptos. Si sumamos a ello la persistencia del uso del concepto de cultura en la auto-observación de la sociedad para expresar la unidad de sí misma, encontramos argumentos suficientes para mantener el convencimiento de que cultura sigue siendo un concepto poderoso para observar y explicar tanto unidades como diferencias en la(s) sociedad(es), incluyendo la sociedad contemporánea. 3. ¿Dónde está la cultura en el edificio luhmanniano? En 1995 se preguntaba Luhmann: “¿Por qué es tan difícil en las ciencias sociales ponerse de acuerdo alrededor de un concepto fundamentado de cultura?” (Luhmann, 1998b). Su respuesta apuntaba a que el concepto se ha expandido demasiado, abarcando desde los fundamentos simbólicos de la acción, como lo entiende Parsons, pasando por la totalidad de los artefactos humanos, como es común en la antropología, hasta el concepto biológico de cultura que apunta a todo comportamiento aprendido. Según el autor, su amplitud ya casi impide establecer límites a lo que describe. Luego de afirmar que el concepto de cultura ha llegado
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