La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
66 Marcelo Arnold seleccionados como observadores especializados, que observan lo social desde las ciencias sociales como sistemas que observan, y con ello producen descripciones de autodescripciones. De esta manera, las descripciones iniciales son generativas de los problemas a investigar más acuciosamente. Procesar registros inaugura las etapas más críticas, y creativas, de una investigación cualitativa orientada bajo principios sociopoiéticos. La reducción analítica debe desecharse por la incierta síntesis que resulta de su aplicación y, por otra parte, la representación testimonial, que en su afán de ser lo más fiel posible a las comunicaciones originales se reduce al mero registro textual, o la selección de frases testimoniales, no es admisible. Para sortear este problema se recomiendan procedimientos que posibilitan la reversibilidad, por ejemplo sistemas de categorías tipo análisis de contenidos comunicacionales (Kripendorff, 1990) o del análisis del discurso (Van Dijk, 2001), construcciones tipológicas cualitativas (McKinney, 1968), o esquemas de relaciones a través de resúmenes estructurados con grafos, diagramas de flujos o (etno) modelos como lo propone la teoría fundamentada (Glaser y Strauss, 1967). Importa destacar que estos procedimientos permiten ampliar los focos de observación, pues posibilitan analizar documentos como libros, artículos de prensa, informaciones históricas, protocolos y equivalentes. Si bien, en la gran mayoría de los casos, medios “ artesanales ” como las hojas de cálculo y planillas de bases de datos son suficientes para un primer análisis, hoy se está produciendo una revolución en el campo del procesamiento de datos lingüísticos. Específicamente, durante estas últimas décadas, programas como Ethnograph , NVivo, Maxqda o Atlas-ti ampliaron enormemente el uso de las herramientas para análisis cualitativos asistidos por computadoras. Estos programas favorecen las codificaciones y son muy apropiados para trabajar grandes cantidades de registros, pues apoyan y complementan el trabajo “ duro ” de la construcción de tipificaciones, generación de conceptos, sistemas clasificatorios y taxonomías (Bryman y Burgess 1994) y permiten reconocimientos más exhaustivos y confiables de las distinciones detectadas. Incluso, las selecciones del investigador pueden apoyarse con estos programas, que al permitir sucesivas descontextualizaciones y recontextualizaciones de los registros, proporcionan una especie de observaciones asistidas de segundo orden (Cisneros, 2003). Interesa también destacar la presencia de otros recursos metodológicos, tributarios de las formas de trabajo de la psicología social, y que se entroncan con el sustrato sistémico de la sociopoiesis, como los procedimientos etnometodológicos (Gardfinkel, 1967; Robles, 2004) y el socioanálisis que se aplica en los grupos de discusión (Ibáñez, 1979). Ambos métodos se postulan como un importante medio para investigar sistemas interaccionales y otras formas microsociológicas. Algo similar ocurre para los sistemas organizacionales, donde se encuentran procedimientos que arrancan del paradigma de los sistemas abiertos y que incorporan los principios
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