La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista

La sociedad como sistema autopoiético: fundamentos del programa sociopoiético 65 Aclaradas estas diferencias, se recomiendan plenamente los procedimientos asociados al trabajo de campo antropológico, la sociología cualitativa, la etnometodología (Robles, 1999) y las herramientas de los campos de la psicología y la lingüística, especialmente aquellas que se aplican en los estudios exploratorios y descriptivos (Schwartz y Jacobs, 1984; Junker, 1972; Taylor y Bogdan, 1990), y cuyo principio común es la flexibilidad. Entre ellas, destacamos las diferentes formas de observación, especialmente la modalidad participante, que prescribe una inclusión consciente y planificada en la comunicación cotidiana, hasta donde lo permiten las circunstancias y que se identifica por evitar hipótesis que encasillen los registros en pautas pre-establecidas. Un segundo grupo de técnicas de investigación, que se caracterizan por registros de comunicaciones lingüísticas, tienen ventajas similares. Por ejemplo, los documentos que recogen discursos personales, donde se expone la cultura desde el punto de vista de sus participantes (Langness, 1965); las historias orales que condensan la memoria colectiva de sistemas sociales locales (Samuel, 1982); las entrevistas etnográficas, que bajo un marco de eventos comunicativos controlados, aprehenden desde sus interlocutores descripciones de los sistemas culturales en sus propios términos (Spradley, 1979); los grupos focales y de autodiagnóstico, donde la “ información ” se provoca en espacios abiertos de conversaciones asistidas ofreciendo enormes posibilidades para identificar conectividades de sentido (Morgan, 1988); los grupos de discusión que facilitan producir discursos con distintas perspectivas antes de que se configuren en representaciones sociales (Ibáñez, 1991; Krueger, 1991); el método delphi y otros procedimientos prospectivos, que reintroducen sistemáticamente comunicaciones permitiendo indicar y registrar procesos de afinamientos o de construcción de nuevas formas y distinciones (Linstone y Turoff, 1975). Todos estos instrumentos facilitan el acceso a los esquemas de observación y pueden servir de diferentes maneras en distintos momentos, o complementarse cuando se requiere aplicarlos conjuntamente. Su tarea consiste en provocar comunicaciones con estímulos vagos, indagar y no tratar de comprobar nada, pues su afán es acceder a ellas con la más baja intrusividad posible, para lo cual los investigadores operan con el status de facilitadores, que generan espacios para elicitar las formas y distinciones que interesan. En una investigación orientada sociopoiéticamente, los problemas a explicar se definen seleccionando dominios, generales y específicos, de comunicación, y prosiguen con registros de descripciones que luego se transforman en objetos de observación. Así se delimitan espacios comunicativos, como por ejemplo, comunicación ecológica, biocomunicaciones, etnoconocimientos, comunicación colaborativa, comunicación ética o las auto-descripciones de la modernidad con que iniciamos esta exposición. En este último caso, sus exponentes fueron

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