La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
58 Marcelo Arnold Antes que se trace una diferencia no hay nada. Como señala Luhmann (1998a), las distinciones no tienen correspondencias con el entorno, dado que éste no produce ni informaciones ni temas. Tanto las formas como las indicaciones que se contienen no necesitan de realidades “ objetivas ”, sino de diferencias que producen diferencias. Así, el conocimiento que se sostiene en las comunicaciones no proviene de un orden natural, ni trata de descubrimientos que revelen lo preexistente. En la sociedad no existe lo que no se conoce. Se entiende así que la construcción de la realidad no se apoya en experiencias sensoriales, en el sentido de excitaciones del sistema nervioso, sino en materializaciones que cambian con otras formas e indicaciones, enfrentando a los observadores a nuevas realidades. Las pasiones pueden indicarse como romances o traiciones, los precios como justos o injustos, los libros como aburridos o entretenidos y los exámenes como fáciles o difíciles. Las aplicaciones recursivas de distinciones generan estructuras o estados propios, éstos se mantienen gracias a mecanismos auto-referentes o hiperciclos (Eigen, 1978), cuya función es proyectar lo que resulta de sus operaciones. Confirmándose en su reiteración, los conocimientos pueden explicarse como auto- cumplimientos, cuya constancia no se basa en “ datos ” sino en las concordancias en los medios aplicados para observar. Los conocimientos que dan origen a la realidad no se basan en su replicación, una vez que se comunican y registran, se institucionalizan. Estos procesos son los que permiten referir cosas y crearlas, como puede apreciarse en los procesos de atribución o en las luchas de definición (Lash y Urry, 1998), que contribuyen a producir nuevos espacios comunicativos. Confirmaciones condensan realidades, pero también, en retroalimentación positiva, construyen otras nuevas. Así, recién iniciado el milenio, enfriando el infierno y sacando al paraíso de las nubes, la voz autorizada de la Iglesia Católica desplomó espacios, removiendo las representaciones que la cristiandad sostuvo por siglos. Pero, aunque ninguna “ realidad ” puede auto- describirse, y todo pueda ser de otra manera, una vez fijada no puede descartarse. Asentimientos o declinaciones alteran, modelan y producen realidades, al punto de que ni siquiera negarlas escapa a ellas, se demuestra así la constitución empírica de las operaciones de observación. Pero no todas las observaciones que se seleccionan llegan a estabilizarse, otras se caen de la comunicación o carecen de condiciones para integrarse estructuralmente a la sociedad y se disipan cuando pierden sus conectividades. Los procesos de construcción de realidad que describimos pueden experimentarse con simples líneas en un papel: cuando se pone un límite se origina una indicación que debe tomarse en cuenta. Se deduce de lo anterior que todos los conocimientos, como resultados de operaciones de observación, pueden establecerse de otro modo, aunque queden condicionados a las formas aplicadas y lados seleccionados. Si se examina en detalle estos procesos, se constata que el big
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