La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
56 Marcelo Arnold El telos de las comunicaciones no es el consenso, de hecho éste puede darlas por terminadas al hacer innecesaria su prosecución, como Luhmann acostumbraba a decir en referencia a Habermas: ¿qué hacemos después de conseguido el consenso? Bajo este encuadre, se comprende que la sociopoiesis poco tiene que ver con el conservadurismo de las orientaciones sistémicas que hunden sus bases en el funcionalismo, por el contrario, da las mejores opciones al conflicto y a la contradicción, explicándolos no sólo como mecanismos evolutivos, sino como constituyentes de lo social. Sin comunicaciones de observaciones no hay conocimiento, y todo lo comunicado tiene consecuencias para la sociedad. Lo efímero y eventual de las comunicaciones no anula su efecto constituyente. Por lo tanto, es un contrasentido preguntarse sobre el grado de realidad de los problemas notificados en la sociedad, como los que expusimos críticamente al inicio de esta presentación. Aunque éstos no puedan auto-indicarse y, por lo tanto, sean cuestionables, su existencia es indiscutible, en tanto movilizan programas de estudios, conferencias, asesorías, editoriales, discursos, teorías, decisiones, grupos ciudadanos y mucha comunicación ética. En el marco de la actual globalización, la sociedad mundial contiene todas las posibilidades que pueden experimentarse socialmente, es decir, comunicativamente. Sus fronteras se construyen dinámicamente por las diferencias de complejidad que autoproduce y autoobserva, y no obstante sus determinaciones tienen una expansión ilimitada, encontrándose en permanente complejización. A lo largo de la evolución la sociedad, en un sentido general y específico, reacciona a sus incrementos de complejidad con procesos de diferenciación. Éstos han favorecido el surgimiento de otras variedades de sistemas, también compuestos por comunicaciones. Así, por ejemplo, se cobijan en la sociedad contemporánea las organizaciones como comunicaciones de decisiones, las interacciones como comunicaciones de temas de breve duración, los movimientos sociales como comunicaciones de protesta y numerosos sistemas que especifican sus operaciones con códigos y programas que les sirven para regular sus comunicaciones. Justamente, lo característico de la modernidad es la presencia de sistemas parciales, como la religión, la política, la economía, el derecho, la ciencia, la educación, el arte, la familia, los medios masivos de comunicación, la medicina y otros. Todos ellos autoproducen en forma especializada sus operaciones comunicativas bajo la presión de selectividad impuesta por sus códigos. La política se posibilita sobre la base de operaciones políticas que no dependen de ningún input u output ; la justicia y la noción de lo justo pasan a ser asunto del derecho positivo, que traduce lo justo como lo legal; la verdad y sus criterios de determinación constituyen la ciencia, que habla de hipótesis comprobadas; la belleza es asunto de los cánones del arte; la inclusión social, en la sociedad meritocrática, queda en manos de la educación
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