La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista

Perspectivas autorreferenciales en ciencias sociales 347 Luhmann concibe al ser humano como una cantidad de sistemas clausurados operacionalmente, cada uno de los cuales funciona con una lógica interna que no es alcanzable desde los otros sistemas: sistemas biológicos (orgánicos), sistemas sociales, sistemas psíquicos (Robles y Arnold, 2001: 77). Subsistema biológico: Conformado por aquellas operaciones arraigadas en la dinámica celular y el código genético, encarnadas en lo que llamamos cuerpo. Este subsistema se relaciona en primera línea con otros sistemas biológicos y depende para su existencia de condiciones ambientales y de insumos nutrientes mínimos. Subsistema psíquico: El mecanismo básico de reducción de complejidad de los sistemas psíquicos en la teoría Luhmaniana es la conciencia. También está clausurada operativamente. El sentido permite la reproducción de la conciencia. Cada pensamiento genera vínculos con pensamientos sucesivos, emergiendo la autopoiesis (Rodríguez y Arnold, 1990: 119). Los subsistemas sociales, como Luhmann dice, están formados por comunicaciones. Aquí se puede encontrar, dentro de muchos otros, el subsistema científico. Esto último ha sido el foco central de tematización en la sociología Luhmanniana, así que no se profundizará en ello por ahora. Los sistemas sociales y los sistemas psíquicos deben ser concebidos como separados cada uno con su propia modalidad autorreferencial. Si bien han surgido por coevolución, deben entenderse como sistemas separados (Navas, 1989: 157). Los distintos dominios fenoménicos se irritan recíprocamente pero no se penetran unos a otros. Debemos entender al ser humano como una interacción compleja de estos distintos sistemas. Si bien esta concepción de sujeto rompe con la tradición del pensamiento occidental, 80 tiene un mayor poder heurístico y de comprensión de los fenómenos sociales y de la sociedad. El problema de esta concepción es que aún no ha sido elaborada en su totalidad la dinámica biológica que se acoplaría a los fenómenos sociales y psíquicos. Si leemos con atención, es mucho más clara la descripción que existe acerca de los mecanismos binarios y de sentido para los sistemas sociales y psíquicos, que para los sistemas biológicos. Como dice Luhmann (1996: 121): “Por lo pronto hay que dejar abierto el problema de si las células, el cerebro, el sistema de inmunidad también sean capaces de observación, desde el momento en que pueden discriminar determinados estímulos. Si esta pregunta se quisiera contestar desde la perspectiva biológica habría que tener en cuenta el equivalente químico para designar el otro lado de la forma que se lleva a cabo en la observación. La comunicación, mediante el lenguaje puede designar esto/y no lo otro; pero cuando se piensa en lo biológico qué equivalente se

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