La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista
La Teoría General de Sistemas y su aporte conceptual a las ciencias sociales 33 Otro nombre de importancia en la investigación sistémica es el de Heinz von Foerster (1911-2002). Este físico austriaco, que trabajó en el laboratorio de computación biológica del departamento de biofísica y fisiología de la Universidad de Illinois, hizo significativas contribuciones en epistemología y cognición. Su preocupación original por comprender el fenómeno de la memoria y los sistemas autoorganizados lo llevó a una original propuesta, que parte afirmando que si se desea hablar de sistemas capaces de organizarse a sí mismos, de marchar contra la tendencia entrópica, es esencial la consideración del entorno. La noción de sistema autoorganizador no tiene sentido alguno, a menos que se encuentre en estrecho contacto con un entorno poseído de energía y orden disponibles. Este contacto estrecho requiere una interacción tal que el sistema de alguna forma “vive” a expensas de su entorno. Una importante distinción elaborada por von Foerster es la de “máquinas triviales” y “máquinas no triviales”. Las primeras son artefactos altamente confiables y predecibles que responden con el mismo output cada vez que reciben un mismo input . En otras palabras, no modifican su comportamiento con la experiencia. Ejemplos de máquinas triviales se encuentran en el funcionamiento de un automóvil, el interruptor de la luz y las explicaciones causales. Las segundas, en cambio, tienen comportamientos que aparecen como erráticos e impredecibles. Frente a un mismo input pueden entregar outputs totalmente diferentes. Parecería que se trata de máquinas no determinadas, pero se trata de sistemas que tienen un estado interno que cambia cada vez que computan un output, operan recursivamente y cada vez que lo hacen cambian sus reglas de transformación. Son sistemas totalmente determinados, sólo que nos resulta imposible predecir sus cambios de estado, aquí estamos en presencia de sistemas humanos y sociales. Cuando Walter Buckley publica La Sociología y la Teoría Moderna de Sistemas (1973), se concreta un nuevo traspaso de la teoría general de sistemas a las ciencias sociales. Su tema central es la pertinencia de aplicar a los fenómenos sociales modelos de sistemas mecánicos y orgánicos. El modelo mecánico concibe los sistemas como un conjunto de elementos en interrelación, cuyo objetivo es el equilibrio interno y externo. El modelo orgánico concibe los sistemas en términos de la interdependencia de sus elementos en beneficio de la sobrevivencia del todo del cual forman parte. Buckley declara que estos modelos son inadecuados para abordar los sistemas socioculturales, pues constituyen una clase diferente de sistemas, con principios de operación morfogénicos distintos a los mecánicos y biológicos. Mientras el estado probable de los sistemas físico mecánicos es el equilibrio, y de los sistemas biológicos es el de la conservación de su estructura a través de mecanismos homeostáticos, los sistemas psicológicos, sociales y culturales cambian permanentemente sus relaciones con sus entornos. Estos cambios incluyen tanto el paso a nuevos niveles de complejidad y equilibrio como una modificación de sus
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