La nueva teoría social en Hispanoamérica: introducción a la teoría de sistemas constructivista

La autorregulación de una economía territorial 295 No obstante, dicha indeterminación es sólo parcial, debido a que podemos observar unas ciertas regularidades en las decisiones de los distintos agentes; siguiendo el principio de indeterminación parcial , “no hay posibilidad de que en un momento dado pueda ocurrir literalmente cualquier cosa, sino que existe la posibilidad de que ocurran varias cosas y al final ocurre una de ellas” (Thorp, 1980: 68). Las regularidades de las decisiones de los distintos agentes reposan en el hecho de que los mismos viven en sociedad y, como consecuencia, presentan conductas culturales; 59 50 ; entendiendo por éstas “las configuraciones conductuales que, adquiridas ontogénicamente [por los seres humanos] en la dinámica comunicativa de un medio social, son estables a través de generaciones” (Maturana y Varela, 1991: 170). Dicho de otro modo, las decisiones de los agentes vienen condicionadas por la cultura en la que se encuentran inmersos; luego, desde la perspectiva del observador, las acciones de los agentes estarán parcialmente determinadas, por su cultura, y parcialmente indeterminadas, por su voluntad. El comportamiento de los agentes tiene así facetas deliberadas ( elección o decisión ) y facetas no deliberadas ( hábitos ). La decisión de los agentes supone que éstos pueden actuar en función de una variedad de formas posibles y pueden cambiar de objetivos sin que exista un estímulo externo, por lo que la decisión es real y en ella se manifiesta la voluntad de los mismos. Sin embargo, los agentes tienen poderes de imaginación y de creatividad limitados por su propia experiencia y por los hábitos de pensamiento propios de la cultura a la que pertenecen. Por tanto, la indeterminación real, fruto de la voluntad, queda restringida por la cultura y el conjunto de posibilidades de decisión de los agentes queda limitado (Hodgson, 1993: 314-317). A los “hábitos de pensamiento estables, comunes a la generalidad de los hombres” es a lo que se denomina instituciones (Veblen, 1919: 239). Nosotros vamos a definir las instituciones económicas territoriales como aquellas normas y pautas de comportamiento comúnmente aceptadas por los agentes de un sistema económico territorial. Dichas instituciones son el resultado de decisiones pasadas de los agentes y constituyen decisiones a priori frente a las decisiones ipso facto ante un dilema; por ello, desde esta perspectiva, las instituciones son limitaciones para dichos agentes. Las instituciones son reglas del juego en una sociedad, o más formalmente, son las limitaciones ideadas por el hombre que dan forma a la interacción humana (…) [,] reducen la incertidumbre por el hecho de que proporcionan una estructura a la vida diaria (…) [,] definen y limitan el conjunto de elecciones de los individuos (…) [y] pueden ser (…) tanto (…) 59 Las conductas culturales, transmitidas entre generaciones, tuvieron, en algún momento, su origen en una decisión; su transmisión es fruto, de nuevo, de una decisión, así como su aceptación. En última instancia, las conductas culturales son fruto de la voluntad.

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